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~Bienvenido.~

La alarma comenzó a sonar una y otra vez sobre la pequeña mesa de noche del muchacho cuando el reloj marcaba exactamente las 06:00 AM despertando al joven que descansaba en la cama de dos plazas: entre pequeños quejidos giró sobre la cama estirándose de pies a cabeza y apagó la alarma que reproducía sonidos insoportables. Se levantó de tirón ya que si no lo hacía así seguiría durmiendo, arrastró sus pies lentamente hacia la pila de ropa acomodada en una silla y tomó las prendas que ya tenía preparada desde ayer a la noche y se internó en el baño: se lavó el rostro, arregló su cabello y se vistió como solía vestir en su día a día.
Una vez listo salió de su habitación tirando su pijama en la cama y tomó su mochila para poder salir de su habitación silenciosamente, al observar hacia ambos lados del pasillo notó a su hermanita menor salir de su habitación ya lista para poder ir a la escuela. —Buen día hermanita. —Sonrió el muchacho acariciando el cabello de su hermanita.

—Buen día Jung-Kookie. —Añadió con ternura la menor y una gran sonrisa.

—¿Vamos a desayunar? —Inquirió dejando a su hermanita bajar las escaleras primero.

—Hmmm, ¿trajiste lo que pedí? —Elevó las cejas desafiante y Jung-Kook asintió en silencio. —¡Eres el mejor hermano! —Saltó a sus brazos colgándose de él y este la cargó bajando cuidadosamente las escaleras. —Hoy le contaré a mis amigos que tengo al mejor hermano del mundo.

—No exageres tanto, pequeña. —Sonrió sentándola frente a la barra de la cocina para buscar un par de cosas. —Y no eleves tanto el tono de voz por qué si no despertarás a omma. —Suspiró colocando un tazón frente a la menor y otro al lado suyo, para él. Luego en la estantería buscó entre los paquetes uno que había escondido especialmente en el fondo entre muchas otras cosas para que no fuese descubierto y se lo mostró a la menor quién sonrió estirando sus brazos, sirvió en el tazón de aquellos cereales favoritos de la pequeña.

Ambos desayunaron en silencio aquel gran tazón de cereales junto a un vaso de leche además de que luego tomaban del pequeño hueco del sofá un chocolate que habían escondido hace unos días atrás y habían jurado tomar exclusivamente uno por día antes de irse a la escuela. Cuando ya terminaron de desayunar, Jung-Kook se encargó de limpiar todo mientras la menor se cepillaba los dientes, luego lo hizo él y ya estaban preparados para irse.

Estando fuera, Jung-Kook se encargó de colocarle el gorro a su hermana ya que estaba helado y el se colocó la gorra de su buzo. —Jung-Kookie, ¿algún día omma podrá volver a ser omma? —Inquirió con un tanto de esperanza y el nombrado se encogió de hombros observando su teléfono móvil mientras caminaban:

Amarillo Patito.

Ey, ¿dónde estás? ¿¡Acaso me has engañado Jeon Jung-Kook y no te has cambiado de escuela!?
¡Sabes muy bien que no me gusta
tener amigos mentirosos!

Kookie.

Tranquilo, estoy llegando.

Amarillo Patito.

Oh, qué bebé tan responsable💛.

Kookie.

Oh, ¡ya cállate!

Amarillo Patito.

Te espero en la puerta niño bonito.

Jeon guardó su teléfono móvil en el bolsillo de su pantalón y observó a su hermanita una vez llegaron a la parada, en ese momento pasó el autobús que la recogía, los dos se dieron un abrazo. —Nos vemos a la vuelta, ¿si? —La menor asintió. —Ten un lindo día pequeña.

[Kookv] Escribamos una historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora