O2

51.5K 270 152
                                    

Hace un tiempo mi prima había venido a comer a mi casa, la había notado algo extraña, pues últimamente me anda diciendo unas cosas un tanto "sucias" o busca el momento perfecto para hacer una posición sexual.

Hoy estaba hablando en un grupo hasta que veo que mi prima me había mandado un mensaje, decidí abrir el chat y ví que me había compartido una foto, la descargue y cuando la ví...quedé impresionada, era una foto de ella desnuda, sus pechos se veían tan redondos y perfectos que me dieron ganas de tocarlos, bajé mi mirada hacia sus vagina y ví como un líquido corría entre sus piernas, debo admitir que apenas ví eso me mojé demasiado.

—April: Mira primita, de solo pensar en ti ya estoy húmeda
 

                                      ✓✓

—Yo: Diablos April, te gusta calentarme verdad?
✓✓

—April: Si primita, no sabes cuánto disfruto hacerlo...
                                    ✓✓

Se me ocurrió llamarla, apenas contesto se escuchaban sus gemidos necesitados.

—A-Ah primita! N-no sabes cuánto deseo que me folles, Ah!

—Hmm, me encantaría estar a tu lado para meterte mi lengua y saborear tu sabrosa vagina— Sabía que hablándole sucio se vendría más rápido.

Apreté la opción de videollamada y ella obviamente le aceptó.

—Vamos, muéstrame tu deliciosa concha, putita— Hablé en voz seductora.

Ella me mostró su vagina y por dios, esta mujer parecía estar creando un océano entre sus sábanas.

—Gime para mí, dime cuánto me deseas—

—A-Ah~ Te necesito, mommy—

Cada vez gemía más fuerte, era delicioso ver como cada vez se mojaba más, si es que eso era posible, hasta que se vino gritando mi nombre, unas gotas llegaron a su cámara y con tan solo ver su cara, sabía lo que venía de ahora en adelante.

—M-mommy, venga a mi casa, la estaré esperando—

.
.
.
Espero a que está historia les haya gustado mucho, espero a que hayan logrado mojarse.

Gracias por el apoyo que le dan a esta historia, me dan muchas ganas de seguir haciendo historias para complacerles.

Bueno, ahora sí, me despido con un besito en sus conchas, byebye.



Relatos LésbicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora