El viaje

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Habían pasado meses desde que Regina no veía a David, 10 para ser exactos. Ella estaba mejor, se distraía con sus clases de equitación y; aunque no pareciera, también con los encuentros que su madre organizaba para ella con personas de la realeza. Era bueno distraerse y al menos conocer gente nueva, hablar con alguien.

Afortunadamente, en esos 10 meses había podido conocer mejor a su profesor de equitación, Daniel. Le parecía un muy buen chico, amable, sincero, siempre caballeroso, con modales y morales. La hacía reír, lo cual era muy importante, y el tiempo se pasaba volando cuando estaban los 2.

Era el final de la lección y ellos caminaban rumbo a los establos para guardar a Rocinante.

Daniel: Mañana te enseñaré una nueva técnica, te servirá muchísimo.

Regina: Está bien. Crees que he avanzado en algo?

Daniel: Oh! Claro que sí! Tu técnica ha mejorada demasiado, es una joven muy talentosa, Princesa

Regina: Daniel, ya te dije que cuando no esté mi madre me puedes llamar por mi nombre

Daniel: Lo lamento... Regina

Regina rió un poco ante lo despistado de Daniel y mientras llegaban a los establos pudo divisar a su madre esperando en la puerta de madera.

Regina: Qué hará mi madre allí?

Regina: Madre que haces aquí?
Le dijo mientras se acercaba para darle un abrazo.

Cora: Regina, por favor, estas sudada. Guarda distancia...

Regina: Lo lamento, madre. Iré a asearme. Adiós Daniel

Daniel: Hasta luego, princesa

Una vez que Regina se había ido, Cora volteó para darle las noticas a Daniel.

Cora: Mozo, Regina no tendrá lecciones de equitación la próxima semana

Daniel: Oh... muy bien, su alteza. Comprendo

Cora: Estaremos de viaje toda la próxima semana. Iremos al reino vecino, Arendelle.

Daniel: Entendido, prepararé el carruaje entonces...

Cora: Vendrás con nosotros

Daniel: Cómo?

Cora: No lo volveré a repetir. Vendrás con nosotros, tu guiarás el carruaje y podrás hospedarte en los establos de allá, con los otros mozos. Asegúrate de llevar ropa abrigadora.

Daniel: Sí, su alteza

Cora: Oh! Por cierto, vendrá un costurero a tomar tus tallas para confeccionar un traje para ti. No me arriesgaré a ser el hazmereír de los reyes del reino a causa de tus arapos.

Daniel, ante el comentario, bajó la cabeza mirando al suelo. Obviamente, le dolía ser discriminado de esa forma. No entendía como podía tratarlo así después de que ella también hubiera pasado por esa situación, después de todo, era la hija de un molinero. Regina le había contado la historia del pasado de su madre hace unas semanas y le había hecho jurar que no le contaría a nadie. Promesa que Daniel seguía manteniendo y que mantendría de por vida si no quería tener serios problemas.

Ni bien Cora terminó de informar a Daniel, se fue rumbo a la mansión para supervisar que Regina hubiera cumplido con las órdenes dadas. Dejando a un Daniel pensativo y un tanto emocionado, pasaría más tiempo con la princesa. Un sueño hecho realidad? Puede ser...

Regina's POV

Había terminado de darme un baño caliente. Me sentí muy avergonzada cuando mi madre mencionó que estaba sudada frente a Daniel. Es un buen amigo y no quiero que tenga una mala perspectiva de mi.
De pronto mi madre entró a mi recámara sin tocar la puerta, como siempre. Por suerte, traía un camisón largo color rosado pastel.

Cora: Regina, pediré a las sirvientas que alisten tus maletas

Regina: Maletas? Para qué, madre?

Cora: Nos iremos de viaje al reino vecino.

Regina: Cómo?

Cora: Ahora todos están sordos o qué?

Regina: Lo lamento, madre.

Dije agachando la cabeza, con la mirada hacia el suelo.

Cora: Tengo unos asuntos que discutir con los reyes de Arendelle

Arendelle, no se hablaba mucho de ese reino, pero por lo que leí en algunos libros y aprendí en mis clases de geografía, es un lugar frío. Por otro lado, hay mucha magia allí, no me parece la mejor idea, pero si de algo sirve, tal vez pueda ir al Valle de la Roca Viviente. Se dice que allí, habitan unas criaturas mágicas... tal vez puedan ayudarme con algo.

Cora: Partimos mañana Domingo y llegaremos aproximadamente el Lunes por la tarde, querida.

Regina: Está bien, madre

Cora: Daniel nos acompañará, conducirá el carruaje

Regina: Oh! Está bien...

Cora: Ahora descansa, mañana será otro día. Ojalá podamos cruzarnos con alguien de la realeza, no desaprovecharemos oportunidades que te lleven a tu destino de ser reina después de lo que hiciste hace 10 meses

Regina: Ya dije que lo lamento, madre. Fue una decisión tonta...

Dije recordando una de las decisiones más tontas que había tomado. Cómo había podido ser tan ilusa? Cómo no había podido darme cuenta que solo quería jugar conmigo?

Cora: Algo en lo que concordamos. Descansa, Regina

Regina: Buenas noches, madre

Apagaron las luces. Mi recámara estaba totalmente alumbrada por la luz natural de la luna que venía del balcón directamente hacia mi cama. Aún me dolía pensar en David. Aún me duele pensar en él.

Mientras me recostaba sobre mis suaves sábanas me preguntaba: Cómo estaría él? Qué estaría haciendo? Sería feliz? Me... me recordaría y pensaría en mi como yo pienso en él?
Sé que es absurdo, pero no lo podía evitar...

Nuestra Historia de amor// Evil CharmingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora