Prisionero

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-¿Aquí? -pregunto escandalizado poniendo la mano en la empuñadura de su espada.

-¿Quieres verlo? -pregunto la mujer pálida, entonces señalo a la caverna con escaleras subterráneas. -Si quieres puedes quedarte, aun así, bajare a verlo.

El estaba dudando, pero aun asintió y bajaron las oscuras escaleras.

-¿Qué es este lugar? -pregunto Xiao XingChen.

-Lo que llaman el infierno -dijo la señora de los muertos. -aquí vienen las almas sin perdón, por favor mantente cerca de mi porque este no es mi dominio, este lugar pertenece a un Diosa muy desagradable.

-Es un terrible lugar -dijo observando la zona desforestada y estéril, caminaron un rato hasta detenerse en un lugar particular donde pudo ver a un hombre pelear fieramente contra unos demonios.

-Hemos llegado -dijo la mujer, en un principio pensó que se trataría de una cárcel, pero aquel hombre, que respondía al nombre de Xue Yang se encontraba libre aferrado a su espada luchando desesperado, se veía cansado, su ropa estaba llena de sangre, pero no podía parar o esos monstruos lo destrozarían.

-¿Por qué lo atacan? -pregunto Xiao XingChen.

-Es su castigo -dijo la señora de los muertos. -El fue condenado a este mundo por sus crímenes en la tierra, no ha sido perdonado por nadie.

-¿Xiao XingChen? Tus ojos estan bien... -susurro Xue Yang impactado al verlo, se quedó detenido sin bloquear el corte en las costillas que hizo uno de los demonios, cayendo de rodillas.

-¡Cuidado! -dijo el mismo Xiao XingChen con su espada, avanzando hacia el deshaciéndose de los demonios restantes, luego de hacerlo se sintió estúpido por haberlo ayudado, a quien le importa que le ocurra.

-Eres tú -dijo Xue Yang entre la desesperación y las lágrimas levantándose del suelo avanzo hacia él, provocando que el taoísta retrocedió un par de pasos desconfiado, Xue Yang cayó al suelo nuevamente vomitando sangre, no se rindió y siguió arrastrando hacia él, Xiao XingChen sintió que un sentimiento extraño se apoderaba de él al verlo tan abatido, estiro su mano hacia él inconscientemente pero nunca llegaron a tocarse, una fuerza extraña lo arrastro hacia atrás siendo atrapado por unas cuerdas que parecían serpientes, esas cuerdas lo llevaron su cuello directo a las manos de una mujer con un atuendo muy sugerente y llamativo.

-¿Dónde crees que vas, niño? -pregunto la mujer con una voz muy sensual. -Tu castigo recién esta comenzando.

-Señora del infierno -dijo la señora de los muertos.

-Misha, que sorpresa que estés por aquí -dijo la mujer presionando el cuello de Xue Yang -De nuevo vienes a suplicar porque libere a este tipo, o quieres ver como lo hago pagar por su vida de crímenes.

-Se justa, señora del inframundo -dijo la señora de los muertos molesta.

-Estoy siendo justa este fue su castigo ¿Por qué vienes con esa alma tan bella? ¿Es un regalo para el inframundo? Tal vez pueda ponerle unas cadenas -pregunto la señora del inframundo de forma sensual.

-Ni siquiera lo pienses -dijo seriamente la señora de los muertos dando un paso delante de Xiao XingChen.

-¡No te atrevas a tocarlo, maldita perr...! -Grito de repente Xue Yang furioso, el taoísta no podía creer que estuviera defendiéndolo, cuando la señora del infierno, apretó sus amarras al punto que lo hizo gritar de dolor. Eso apretó el corazón de Xiao XingChen y por lo que vio la señora de los muertos tampoco pudo ignorar el asunto.

-Por favor no lo lastimes más. -dijo la señora de los muertos dando otro paso adelante.

-El hablo sin mi permiso merece que le cierre la boca -dijo la mujer arrojándolo al suelo, entre sangre y tierra, el taoísta no podía quitarle los ojos de encima, sabia que era su enemigo, pero no podía tolerar verlo ser torturado de esa forma.

El mundo de los muertosWhere stories live. Discover now