2.El crimen

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El barro y el fango empezaban acumularse en aquel tétrico descampado, ahora decorado con las luces rojas y azules de los coche patrulla, los agentes de policía reteniendo a los periodistas y los flashes de sus cámaras, y las pequeñas señales amarillas que marcaban las pruebas encontradas, el lugar se hallaba cerca de una carretera transitada, con lo que el sonido de la gente se apagaba con el sonido de los motores y las luces de policía se apagaban con las luces de los faros de los coches. Un agente trajeado que estaba al lado del cuerpo, tapado con una tienda de capaña, empezó a hacer señas a Walker y a Thompson para que se acercasen

-Hola chicos, vaya día de mierda, eh.

-A callar Daniels ¿que tenemos?- Preguntó Walker impaciente

Daniels parecía ofendido por el tono de voz con el que le había hablado, aunque ya se iba acostumbrando -Pues en fin, parece que el deprabado de los cojones a vuelto, el Asesino del Acónito lo llama la prensa, tanto tiempo en silencio... con todo el daño que había causado, y ahora esto...

-Daniels, cétrate.

-Si si...- Daniels empezó a dar rodeos mientras les explicaba la situación -Por lo que parece el tipo bajó por aquel desfiladero con el cadáver y luego lo dejó aquí mientras ponía sus preparativos

-¿Podemos ver el cuerpo?- Preguntó Thompson

-Barry, no creo que debas... tenía nueve años, se parece mucho a tu hij...

-Lo veré yo, Daniels- cortó Walker, antes de que Daniels pudiera terminar la frase

Los dos hombre se acercaron a la tienda de campaña, pero solo Walker se agachó para ver el cuerpo; Era el de un chico, de entre unos ocho y nueve años, aparentemente sin ninguna herida, completamente desnudo y limpio, como si el barro del descampado no lo hubiera tocado, y con las manos entrelazadas, sosteniendo una flor de acónito, tal y como las demás víctimas. Jake se quedó anodadado viendo el cuerpo, como el color frío y blanco inundaba la piel del chico y sus ojos, que alguna vez tuvieron un gran mirada llena de vida, ahora era una simple mirada fija e inerte, que miraba directamente hacia la lona que lo resguardaba de la lluvia. Jake se levantó, no podía seguir viédolo.

-¿Cuando tendrán la hora de muerte?- Preguntó Walker

-Mmm... no lo sé- Dudó Daniels -Puede que en un día, o dos

-Supongo que la causa de la muerte será la misma que las demás, pero aun así quiero que lo comprueben bien, y aseguráos recoger todas las pruebas necesarias de la zona, si el cuerpo está tan limpio con todo este barro es porque lo habrá tapado con algo, y quizás tenga alguna huella.

-¿Algo más, Walker?

-Sí, revisad todas las grabaciones de todas las cámaras que den con esta carretera, quizás veamos algo... y tú, Thompson, ve a casa, yo me encargaré del informe en la oficína.

-No- Dijo Thompson -Yo haré el informe, tú vete a casa, tienes que descansar.

Walker quiso replicar pero Thompson se lo impidió. Mientras reguesaba a su coche, Walker recapacitó y revisó todas las pruebas que vió, buscando una salida, una forma de averiguar lo que pasó, lo primero sería averiguar la identidad del chico e informar a sus familiares, luego revisar las pruebas y buscar sospechosos "Esto es un bucle..." pensó Walker, "...no hago más que repetir los mismo con cada víctima,¿Qué falla?..." Necesitaba descansar, llevaba días sin dormir, y lo poco que dormía eran ratos sueltos en el sofá, o cuando conseguía mantener su mente relajada, todo apuntaba a que esa noche iba otra vez a estar en vela.

Cuando lleguó al coche, se acomodó poco a poco al asiento mientras cerraba los ojos y escuchaba como las gotas de lluvia chocaban contra en cristal y la carrocería del coche, llenando los parabrisas con el vaho que provocaba, así se quedó durante un rato, en sus pensamientos, aclarando todo lo que le pasaba por la cabeza, mientras sentía como el frío de su piel se evaporaba con el cálido ambiente del interior del coche. Tardó otros cinco minutos hasta que puso las llaves en el contácto y encenció el motor, marchándose de aquella tétrica escena, siguió mirando su retrovisor, hasta que ya no pudo ver las luces de los coche patrulla.



Bajo la LluviaWhere stories live. Discover now