Un Dios cernano

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La imagen que tenemos de Dios es la de alguien que debe darnos algo que necesitamos. Esta es la idea generalizada que la religión nos ha enseñado: Un Dios de quien podemos llegar a obtener algo. Algunos creen que Dios es una gran proveeduría para las necesidades del hombre. Vamos a la tienda y elegimos lo que precisamos. 

Si bien Dios se alegra en poder bendecir a sus hijos, debemos entender que hay algo más, y es que Dios nos ama y quiere estar cerca de nosotros, más allá de las necesidades. La Biblia dice: «Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros». Dios quiere tener una relación contigo, más allá de tus requerimientos, y no quiere jugar a la religión.

Jesús usó elementos sencillos para ejemplificarnos las cosas espirituales y así poder entenderlas mejor. Utilizó el agua para decir: «Si alguno tiene sed, venga a mí y beba». ¿Por qué utilizó el agua? Porque es esencial para vivir, no se puede pasar un día sin haberla ingerido.  Jesús se compara con ese elemento vital y nos demuestra con claridad que no podemos pasar un día sin tomar de Él. Acercarnos a Dios debe ser una constante en nuestra vida. Vamos a la iglesia generalmente cuando nos bautizan, cuando nos casamos y luego, cuando nos morimos. ¡Imagínese si uno tomara solamente tres veces agua en la vida! Debemos profundizar una relación con Dios, establecer una comunicación diaria con Él, y comenzaremos a recibir grandes bendiciones.

Si Jesús promete saciarnos, ¿cuál es entonces el requisito imprescindible?: Tener sed. Nuestra sed solo la satisface Su presencia. Ella será la señal para que el Espíritu Santo descienda. Cuando un avión se encuentra en el aire precisa que se le señale una pista de aterrizaje, de otra manera nunca podría descender. El piloto, al acercarse a destino tiene un único objetivo, identificar la pista de aterrizaje. Así sucede en lo espiritual: Dios no puede descender si no encuentra una pista, un corazón al que  pueda llegar. De otra manera, como le pasa al piloto, Dios seguirá esperando la autorización de la torre de control para poder aterrizar. Dios espera nuestra iniciativa, debemos acercarnos a Él para que Él se acerque a nosotros.

Osvaldo Carnival

El último día de la fiesta de las enramadas era el más importante. Ese día, Jesús se puso en pie y dijo con voz fuerte: «El que tenga sed, venga a mí.
Juan 7:37 TLA


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