IV

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Después de terminar una larga sesión de besos y toqueteos por fin se decidieron ir dormir el resto de las horas para después despertar como a las nueve de la mañana, si era algo tarde pero los hay peores.

JiMin volvió a bajar para poder hacer el desayuno, las vacaciones que les habían dado a ambos en su trabajo se las merecían, se habían esforzado mucho.

Prepara feliz el desayuno mientras escuchaba 23 una bella canción que había conocido a causa de que una escritora había hecho un libro basándose en la canción.

De pronto sintió unos fuertes brazos rodean su cintura, inmediatamente supo que era su Kookie, podría reconocer su cuerpo hasta con los ojos cerrados.

— Bebé. — Susurro en el oído de su Minnie. — Por qué hueles tan rico. — Aspiro el olor. — Fresas y chocolate. — Beso su cuello.

— Kookie. — Suspiro. — Me enamoras. — Apago la perilla para después voltearse.

— Siempre te volveré a enamorar, una y otra vez. — Depósito un beso en sus labios.

— Te amo, en serio lo hago. — Empezó un beso en donde ahora duraban más tiempo.

— Yo también, mucho. — Susurro en medio del beso.

No todo dura, lo que no lo hizo durar fue que la puerta fue tocada, se separaron aún que no querían y ambos fueron abrir la puerta.

Al abrirla se encontraron con JongHyun.

— Buenos días. — Sonrió. — ¿Puedo pasar?. — Pregunto.

— Claro que si papá. — Jung se hizo a un lado para dar paso.

— Sólo quería ver si estaban bien, no pude dormir. — Sentía nervios por todo el cuerpo.

— Tranquilo, todo estará bien. — Ji le trato de transmitir tranquilidad en una sonrisa.

— Supongo que es así. — Estaba por agachar la mirada pero algo llamó su atención. — ¿Qué es esto?. — Camino hacia la barra donde se encontraba un sobre.

— Lo encontré en el buzón cuando me levante como a las cuatro de la mañana por agua. — Ji explicó.

— Se que es. — Saco su celular en busca de algo, al aparecer marcaba un numero. — Chan tienes que venir a la casa de los niños. — Después de decir eso corto la llamada. — Estoy seguro de que esto es de ellos. — Miro la carta.

— De hecho, después de que la vi...YoonGi me llamo. — Confesó Ji.

— ¿Qué te dijo?. — Lo miro preocupado.

— Diré todo cuando el Tío Chan venga. — Se sentó en el sofá.

Lo que los otros dos hicieron fue repetir el acto, pasaron como 10 minutos en silencio hasta que la puerta fue tocada.

— Yo iré. — Jong se levantó.

— Con cuidado. — Jung dio una mirada preocupada.

Hyun se dirigió hasta la puerta encontrándose al abrirla a ChanYeol, no dijo nada y lo dejo entrar.

— ¿Qué sucede?. — Pregunto Yeol.

— Esto. — Hyun sostuvo la carta. — La leeré. — Empezó a destapar el sobre hasta dejar la hoja con el escrito.

Primero que nada y para los que no me conocen mi nombre es: Su total perdición.

Los odio tanto, me quitaron lo que más amaba en esta vida y lo que seguiré amando y extrañando.

Mi madre.

Creen que fue fácil crecer si ella a mi lado, sin su amor y calidez apoyándome cada vez que me sentía mal, no lo fue, no es fácil, nunca lo es.

Así como ustedes borraron del mapa a mi madre, así los borraré yo a ustedes, van a pagar por mi dolor, después de todo ¿Qué son ustedes? Ustedes son solo un desperdicio de vida.

Espero que se estén preparado para lo que se viene, si quieren vivir van a necesitar un milagro, el cual no tendrán.

No podrán huir de mi, nunca, si lo hacen los seguiré y atormentare hasta su muerte.

JiMin y JungKook, Chan y Jong no los salvara ni tampoco su amor.

PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora