Nota: No te saltes el prólogo.
El joven de cabellos rojizos se encontraba temblando debajo de una cueva, observando la lluvia que estaba resonando con fuerza desde afuera. Sentía bastante frío pero sin nada que le pudiera brindar calor, se abrazó así mismo para al menos dejará de temblar tanto. Tan pronto la lluvia acabará saldría de prisa hacia su hogar, era el plan que tenía en mente, ciertamente lo agarró de imprevisto que empezará una tormenta el mismo día que saldría por más leña para su familia.
Ciertamente el pequeño era un factor importante para que su familia tuviera los recursos necesarios para mantenerse a flote, por lo que no podría permitirse quedarse tanto tiempo fuera. Por una parte no creía que pudiera ocurrir algo malo en su ausencia, pero por la otra sentía escalofríos con todo aquello que podría suceder. Cosas como personas desconocidas irrumpiendo de golpe para robarles utensilios (algo frecuente que sucedía en los pueblos), sí bien su hogar estaba lejos de algún poblado cercano, era más propicio que ocurriera algo así, al fin de cuentas nadie se daría cuenta más que ellos.
En una situación así pensar aquello sería su única distracción para que el tiempo pasará más rápido, y con ello la lluvia también terminase pronto. Pasaron los minutos, pero no había rastro de que la tormenta se terminará, el pequeño cada vez más se sentía cansado casi al borde de ceder al sueño y quedarse dormido. Sería así de no ser por una silueta que empezaba a visualizarse entre la lluvia, alguien estaba haciendo movimientos bruscos o demasiado rápidos.
Debido a eso, el sueño que empezaba a tener se disperso en un dos por tres, captando toda su atención a la extraña figura que divagaba debajo de toda esa agua. Además, era extraño que alguien estuviera haciendo algo como eso, no dudaba de la capacidad que podían tener algunos pero el hecho de estar en un ambiente bastante helado debía ser agotador. Seguidamente decidió acercarse para hallar alguna forma de entablar una conversación, se encamino lentamente para ver si de alguna forma de daba cuenta de su propia presencia y así se le acercará el otro, antes de él intentarlo.
Y efectivamente, el otro se quedó quieto viéndole desde la distancia. Se empezó a acercar, eso puso al castaño rojizo algo nervioso y más porque desconocía la apariencia de esa persona, sí sería mayor o menor que él, sí se trataba de una mujer o un hombre, lo sabría tan pronto lo tuviera cerca.
En el momento que logró divisar su figura se quedó algo perplejo, llevaba una yukata de un color azul muy claro casi parecido al blanco más puro, con dos coletas inferiores en cada costado resaltando un azul claro en las puntas, y unos ojos tan hermosamente claros e inexpresivos, con un sinfín de posibles signicados o eso creería él.
—Hola. —mencionó el chico de la lluvia. Quien ahora se encontraba frente a frente del muchacho rojizo.
—Uh, ¡Hola! —saludó animadamente, se sentía extraño hablar con un extraño. —Como que no ha dejado de llover demasiado, ¿verdad? jaja -soltó una leve risa por los nervios, su mente estaba en blanco y apenas podía sacar conversación, mas sin embargo le intrigaba saber porqué se encontraba debajo de la lluvia.
—Sí... —respondió brevemente. —Es muy cómodo bailar debajo de ella. —mencionó mientras sus ojos quedaban fijados fuera de la cueva, ahora sabía lo que estaba haciendo, esos movimientos bruscos no eran más que pasos de baile.
—¿Pero eso no te hará daño? El agua se encuentra fría. —preguntó con cierta preocupación, porque era evidente que podría pescar algún resfriado.
—¿Bailar debajo de la lluvia? —se preguntó así mismo, se tomó un breve momento para pensarlo cuando sorpresivamente se le escapó un estornudo. —Oh, supongo que te referías a esto. -se sacudió la nariz con su brazo.
—Sí, ¡Te has resfriado! Era evidente que podría ocurrir más si bailabas en esta temperatura. —le miró con cara de que era algo sumamente obvio, pero el contrario no logró captarlo después de todo.
—Simplemente me deje llevar. —confesó con cierta vergüenza en su mirada. —Mi hermano se molestará demasiado. —se dijo así mismo pero aún así el otro alcanzo a escucharlo.
—¿Tu hermano? —ahora tenía curiosidad de saber más sobre el muchacho.
—Sí, mi hermano, somos prácticamente iguales. Pero seguro se molestará conmigo por haberme enfermado, posiblemente me diga que seré una mayor carga por eso. —su voz sonaba con cierta angustia que desde luego era notable.
—Es que bailar debajo de esta fría lluvia no fue la mejor idea... Para evitar que tu resfriado empeoré lo mejor será que te mantengas aquí hasta que la lluvia acabe. —sugirió mientras empezaba acomodarse en el suelo, el contrario imitó el gesto y se sentó cercas de él.
—Bueno... —pensó unos segundos para encontrar algo de lo cual hablar. —Podríamos presentarnos. —le miró para saber su respuesta, mientras que el otro simplemente asintió en forma de un sí. —Bien, me llamo Kamado Tanjirou, es un gusto. —le dedicó una amplia sonrisa.
—Tanjirou... Es un lindo nombre. —su mirada se quedó impregnada en la suya durante un instante, como si estuviera pensando si sería correcto o no decir su nombre a alguien que apenas había conocido, hasta que por fin decidió decirlo, al fin y al cabo no habían rastros de que Tanjirou fuera alguien hostil. —Me llamo Tokito Muichirou. —se presento tranquilamente.
—Tu nombre también es lindo. —mencionó en forma de regresar el mismo gesto que le dió el pelinegro. Transcurrieron unos segundos tras presentarse, Kamado no encontraba algún tema de conversación y el contrario no parecía tener intenciones de iniciar una conversación, por el hecho de quedarse viendo la lluvia nuevamente. El castaño se sentía algo incómodo por el silencio, pero tampoco es que tuviera alternativas para cambiarlo.
De un momento a otro la tormenta se acabó, las nubes empezaban a despejarse mostrando el anochecer que se estaba asomando. Muichirou se levantó de prisa. —Nos vemos. — le dió una ligera sonrisa y se fue de prisa, parecía que ya no tenía intenciones de haberse quedado allí por más tiempo. Aunque Tanjiro no podría culparlo, después de todo ya debía él también regresar lo más pronto posible a su hogar. Tomó algunos de los tablones de madera que había recogido, y se encamino hacia su cabaña, la cual se encontraba en la cima de una montaña.
Durante el camino el joven se preguntaba constantemente si de nuevo vería a aquel chico tan peculiar, o sería alguien que simplemente vería una vez en su vida. Tenía curiosidad de conocer a más personas, e incluso quizás tener algún buen amigo, pero no se podía quejar. Contaba con muchos hermanos, cada uno distinguido a su propia forma de ser que sinceramente no le podría parecer aburrido al fin y al cabo. No obstante, un interés dentro de él empezaba a nacer por aquel chico de nombre Muichirou.
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✿℘ Ocean Eyes┊TanMui [ Cancelada ].
Fanfiction─Estoy asustado cada vez que veo esos ojos oceanicos. ─replicó mientras recordaba el precio que tenían verlos, el precio que tenían admirarlos. Era incapaz de hacerle algo a Muichirou, por ello, haría lo imposible por protegerlo. ➟ Tanto Tanjiro Kam...