Feelings of a not so lonely Heart

Sixth Heart Feeling

Sin lugar a dudas fue extraño.

Llegar a casa, después de clases y enterarme que estuvieron aquí, buscándome.

No fue extraño oír del resto, me pareció bien que quisieran reunirse. Lo extraño fue oír de ella, la única con quien nunca me arreglé, la misma que me dijo que no volveríamos a ser amigas.

Mi primera reacción fue preguntar que demonios estaba haciendo ella, buscándome en mi casa. Porque, a decir verdad, cuando una persona te dice que nunca volverán a ser amigos no es de esperar enterarte que estuvo buscándote en tu casa, preguntando por ti.

Decidí que sería bueno entonces, concretar un salida todos juntos.

Le escribí a una de las chicas, primero pregunté por su visita, quería saber que me decía ella.

Me dijo lo que ya sabía, que habían ido a mi casa a buscarme porque me extrañaba y querían conversar como antes. Lo que yo no sabía era que había sido idea de ####, que ella, después de todo lo que había pasado, fue la de la idea.

Yo le dije que deberíamos reunirnos, que nos veríamos en la plaza la semana siguiente y que avisara al resto.

El día llegó finalmente, después de una semana en la que traté de ignorar el hecho que sucedería lo más posible.

Salí de mi casa y me encaminé al sitio. A medida que me iba acercando mis nervios se volvían más y más fuertes. Mi estómago se revolvía y las ganas de vomitar se hicieron presentes, está vez más que nunca.

Cuando llegué estaban casi todos, saludé y admito que respiré con normalidad al ver que #### no estaba allí.

Me senté y empezamos a hablar, todo bien hasta que a lo lejos pudimos observar que quienes faltaban estaban llegando.

Mentalmente me incité a respirar lento y me obligué a tranquilizarme

Mi plan era saludar de lejos, no acercarme tanto como lo hacía antes, no quería salir herida otra vez.

Yo pensé que mi actitud para con ella cambiaría, que no habría la misma confianza y fluidez de antes, pero al parecer mi corazón solo tiene buena memoria cuando se siente mal, porque en ese momento estaba tan feliz que olvidó todo lo que había pasado y me hizo actuar como si nada.

El saludo fue igual, los gritos y las carcajadas fueron iguales.

Solo pequeñas cosas que solo yo noté eran diferentes, pero nadie más las notó porque el cambio fue dentro de mí. Callé cosas que en el pasado no habría callado, evité hacer cosas que en el pasado habría hecho.

Estuve en silencio, solo escuchando que tenía el resto para decir, solo para no incomodar a nadie con mi voz o mis opiniones, para no ser quien más hablara, para no liderar la conversación, quizá porque me sentí muy egoísta de haberme adueñado de algunas conversaciones en el pasado.

Fue el primer reencuentro y no sería el último.

Pero aún tengo miedo, aún me contengo respecto a algunas cosas, aún sigo atenta a no hacer nada malo. Puede ser que ya no vuelva a ser la de antes.

Lo que pasó marcó un antes y un después en mi vida. Por eso me es difícil olvidarlo.