¿Quién iba a decirle a ella que él se sentía tan mal?
¿Quién iba a advertirlo?
¿Quién iba a salvarlo, sino Lisa, de su tristeza?
La única manera de salvar a Jungkook era no impedirle arrancar una parte de su alma cuando él decidiera que era el final...
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A pesar de que vigila sus sueños, de que se desespera por velar su felicidad y que está segura de que nadie más lo ama como ella, Jungkook ya no es el mismo... Cuando la mira a los ojos, siente que una parte de él está ausente de su amor, encerrada en el sitio donde jamás podrá alcanzarlo.
Debe ser la más idiota de las idiotas al no ver la realidad y no comprender por qué, de un tiempo a ese punto de sus vidas, las cosas han perdido la estabilidad que tenían. Pero la vida es así, con sus obstáculos y pruebas inesperadas.
Se pregunta pues cómo podrá ayudar a Jungkook después de saber lo que ocurre con él.
¿Qué harías tú si el amor de tu vida esconde una tristeza tan grande y pesada que la única esperanza que conserva es la de morir para sentirse mejor?
