Prologo

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Bitácora del mercader. Martes 42, 12:20, día despejado. Personas a bordo: Cuatro seres, dos mujeres y dos hombres. Una mascota: Mantícora del volcán roca fuego.

Barco de navegación: Barco tortuga. Medidas 60 metros de eslora, 30 metros de mango, puntual de 12 metros. Método de navegación: Manual. Energía: tipo motor de aire, velas de emergencia. Cubierta. Caparazón tipo tortuga, mecánico.

El clima es perfecto, no creo que sea necesario demasiado el trabajo de navegación. Hoy le designe el timón a Dominique un hombre que no teme a las mujeres de la isla, este ha sido mi acompañante por más de 20 años. Esperemos que en unas horas logremos cruzar la entrada secreta. Mi esposa se encuentra ilusionada de la situación, jamás había salido de la isla central, por lo que será necesario explicarle un par de cosas antes de llegar al puerto, como la historia de Vincent.

Ahora no entiendo si esto es una bitácora o un diario de vida, aunque asumo que son similares.

Mi esposa grita, creo que es momento de comer, y yo de irme y cerrar la bitácora de la mañana... esta será una sobremesa larga...como siempre, dejaré notas de la comida de hoy.

El almuerzo de hoy fue un caldillo de mariscos con la suficiente cantidad de pan. Estamos a punto de llegar, por lo que podemos darnos algunos lujos. Estábamos todo en la mesa, al lado estaba gurú, mi mantícora, alimentándose del pescado. Es interesante, jamás pensé que este ser amaría tanto los productos del mar, más cuando jamás los había visto. Todos nos encontrábamos en silencio, comiendo, disfrutando de productos frescos del mar, solo un estúpido que no conozca el mar muere hambre...como también uno que beba agua de él, a menos que sea un ser de especie marina.

— Señor mercader, usted dijo que le contaría algo a su esposa...creo que es momento, ya está raspando el plato, le cuento que la madera no tiene sabor. — Con una sonrisa interna dijo Dominique.

— Amor, yo sé que no sabes mucho de mi vida pasada, son demasiadas historias. Algunas bastante difíciles de contar, otras son bastante chistosas y otras...

— Tienen finales felices. — Interrumpe Dominique.

— Cállate hombre! Déjame continuar y ve a ver cuánto falta para llegar... Pero hay una historia que no muchos saben, por lo menos no en este tiempo de incertidumbres, rarezas y cambios. Esta es la historia de una de las mujeres más fuertes y honorables, una mujer que cambio todo en el mundo de los negocios...esta mujer hizo cosas imposibles, ella no solo cambio la forma en que miraba mi vida jum hum...disculpa me atragante...también cambio la vida de muchos. Es por eso, el motivo de la estatua en el muelle de fuego de la isla central, y el por qué solo algunos tenemos el apellido agregado de Stormbreaker. Es curioso que solo han pasado algunos años y la gente ya olvidara sus historias, gracias a ella muchos son lo que son, buenos y malos.

Vincent, una pata, era una antigua mercader, nació el año 684 del imperio. Fue esta astuta mujer la que logro surcar las islas de Zesta con una facilidad única, según su diario y bitácora, comenzó a surcar los mares cuando tenía solo cinco años. A su corta edad se diferenció del resto. Tenía el pelo rojo, un ojo de color azul y otro plomo, como el mar y la luz del rayo, inteligente, una oradora innata. Cuentan las historias que ella fue citadas por varios reyes para darles consejo, se les ofreció esposos, títulos diplomáticos, pero ella era como las mareas de las islas de Zesta, incontrolable y espontanea, aun cuando perdió la pierna y se ganó su título "una pata", siguió surcando los mares.

No te contare toda su historia, no tenemos tiempo para rememorar todas sus hazañas, pero te puedo decir que antiguamente la cartografía no era de conocimiento de ninguna especie, estas solo se transportaban como podían, y con muchas muertes innecesarias. Fue gracias a ella, único ser que convenció a el mago Merlor de enseñarles nuevos métodos de navegación. Junto con él, dibujaron las seis islas de Zesta, otorgándonos a todos el conocimiento por un bien común. Vincent fue una de las primeras cartógrafas con una inteligencia y capacidad retorica fuera de lugar, comparada solo con el rey de la paz, el mago Merlor, los dragones sabios y las tres brujas de los dioses.

El Mercader y la maldición del amor(en Hiatus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora