Me encontraba en mi habitación, acostada en mi cama, pensando. Vivir con Alex será un gran desafío.
No es que no me agrade, de hecho nos llevamos bastante bien como para ser hermanastros. Pero... creo que he empezado a verlo como algo más.
Si supieran... Es guapísimo, tiene a decenas de chicas tras él, pero solo las ignora. Creo que eso es lo que más me gusta. Pero él nunca se fijaría en mi, en alguien como yo. No soy linda, pero tampoco fea, solo soy yo. Pero ese no es el problema. Digamos que no soy muy madura... ni femenina.
Será una tortura estar sola con Alex un año entero. La verdad no entiendo por qué vendieron esta casa, es enorme. Por lo menos, así podría evitarlo fácilmente. En cambio, en un apartamento, me lo cruzaría cada vez que ande por allí.
No es que sea caprichosa, es solo que quiero evitar problemas.
Un suave golpe en mi puerta me sacó de mi pequeño mundo.
-¿Se puede?- Preguntó alguien del otro lado.
-Claro, pasa Alex.
Entró, cerró la puerta y se sentó a mi lado, en la cama.
-¿Sucede algo?- Pregunté al ver que habían pasado cinco minutos y aún no había hablado.
-Nada, solo... creo que tendremos que poner algunas reglas, para cuando nos tengamos que ir.
-Estoy de acuerdo. Primera regla: No lleves chicas al apartamento.- Comencé.
-Por dios ¿Alguna vez traje alguna a casa?
-Buen punto. Pero es solo por precaución.
-Bien.- Rodó los ojos.- Segunda regla: Nada de noche de chicas.
-Agh. Esta bien. Tercer regla: Nada de fiestas.
-¿¡Por qué!? Ese es el punto de vivir solos, tener diversión sin tener adultos al rededor vigilándonos.
-Ok. Pero solo si mis amigas pueden ir tambien.
-No. No quiero a adolescentes babeando por mi.
-¡Alex!- Reproché.
-¡Ay! Esta bien, solo no grites.- Accedió. Sonreí.- Cuarta regla: No seré tu jodido chofer.
-Pues, entonces, te morirás de hambre. Simple, no me llevas, no cocino.
-Bien.- Dijo a regañadientes.
-Creo que con eso podremos sobrevivir.
-Oh, no. Falta la ultima y más importante regla: Nada de chicos yendo a buscarte, ni nada de eso.
-¡Hey!
-¿Qué?- Preguntó inocente.- Escucha, te quiero como a una verdadera hermana- dijo tierno- aunque a veces seas fastidiosa- y la cagó- Si se te acercan chicos, tendré que espantarlos y no quiero hacer eso. Asi que, por favor, hazlo por mi.- Me miró suplicante.
-Está bien.- Dije perdida en sus ojos.
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¿Puedo dormir contigo hoy?
Novela JuvenilAnnie Roy, una hermosa chica de 18 años, a punto de entrar a la universidad, debe aprender a convivir con su, reciente y guapo, hermanastro, Alex Williams. Si, un día antes de conocerlo, le hubieran dicho a Annie que se enamoraría de su hermanastro...