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Wolfy estaba furioso y como buen Rockstar, rompecorazones, Mujeriego y bad boy se puso a serle infiel a la pobre Ana.

Y Ana no hacía nada al respecto como mandarlo a chingar a su madre puesto que ella era frágil e inocente y él un esclavo de sus impulsos.

Y así siguieron de tóxicos.

Hasta que una noche cliché como ninguna otra Wolfy tenía pesadillas, pero en cuanto despertó y llamó a insultos a Ana, y esta llegó, él se sintió mucho mejor y volvió a dormir, muy feliz.

Entonces la amó, porque sólo ella lograba hacerlo dormir tranquilo.









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Cómo me cagan esas historias de morras atrapa sueños y saco de boxeo de un pendejo.

Quieranse Amigas, mándelo al carajo.

Estúpido MozartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora