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Las bolsas debajo de los ojos de Tessa eran evidentes, de un color violáceo que resaltaba aún más en su ahora pálido rostro. Movía impaciente el pie, como si de esa manera pudiese apresurar el diagnóstico del cardiólogo.

Rodeo a su padre con un brazo, tratando de reconfortarlo. Él la miró y apretó su mano con gesto cálido. Malek ya había sido estabilizado, lo peor había pasado y aunque su madre siempre le había enseñado a ser positiva, Tessa no podía evitar ser demasiado realista, ella sabía que habían posibilidades de que el diagnóstico de su hermano mayor no fuese favorable.

Habían pasado varias horas desde el colapso de Malek, horas cruciales en las que le habían hecho desde electrocardiogramas, ecocardiografías hasta una resonancia magnética cardíaca. Después de aquello, lo llevaron a una habitación lejos de la sala de emergencias, en la que ahora descansaba.

—Paro cardíaco repentino —la voz de Malek era casi inaudible.

Tessa se levantó del pequeño sofá en el que estaba sentada y se apresuró a llegar a su lado.

—Lek —se mordió la lengua, quiso saber como se sentía pero sabía que preguntar aquello era bastante estúpido.

—Tessie —levantó la mano acariciándole la mejilla, Tessa en un acto reflejo le peino el flequillo azabache que lucía desordenado—. Lamento haberte asustado —se disculpó—. También a ti papá.

—No seas tonto, hermanito.

Tessa quiso decirle que se preocupara por sí mismo, que ellos no eran importantes en aquel momento, pero decidió callarse cuando vió al doctor entrar a la habitación.

—Comisionado Jensen, chicos —saludó cordialmente mientras revisaba los papeles que tenía—. Me temo que no traigo muy buenas noticias. 

—¿Qué sucede, Dr. Miller? —su padre fue quien preguntó.

Tessa tomó la mano de su hermano acariciando de manera circular el dorso con su pulgar, aquello siempre le tranquilizaba.

—La miocardiopatía ha empeorado —sentenció, Tessa sintió la mano de su hermano tensarse bajo la suya—. El músculo cardíaco está debilitado, se ha adelgazado más rápido de lo que esperaba.

Un año atrás, Malek se había desvanecido justo como lo había hecho horas antes, fue diagnosticado con miocardiopatía dilatada, una enfermedad del corazón en la cual debido a la dilatación del ventrículo izquierdo, el corazón no puede bombear la sangre de manera normal tal y como un corazón sano lo haría.

—Esto no debía suceder, el marcapasos tenía que hacer su trabajo —argumentó su padre frustrado, removiendo sus lentes y presionando fuertemente el puente de su nariz.

—En efecto, el marcapasos estaba haciendo su trabajo, el problema en este momento es el corazón de Malek. Un marcapasos ayuda al corazón a latir de manera correcta, sí, cuando este está latiendo de manera irregular o lenta.

—Lo que quiere decir es que, el problema de Malek va más allá. ¿Cierto? —musitó Tessa, y aunque sabía que aquello era verdad, quería que el Dr. Miller lo negara.

—Así es, el marcapasos ya no es una opción viable porque solo nos ayuda a tratar la frecuencia cardíaca. Malek presenta insuficiencia cardíaca congestiva, el corazón está bombeando mucho menos sangre que el año pasado y a pesar de que la hemos estado tratando con betabloqueantes, solo logramos retrasar lo inevitable.

—¿A qué te refieres, Steven? —su padre llamó al doctor por su nombre de pila.

—Malek necesita un trasplante de corazón.

CATARSIS » myg, pjm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora