Querido Insomnio

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Quiero darte las gracias por grandes cosas que he aprendido a tu lado, molestándome para salir a dar un paseo y ver de lo que se perdían mis ojos; mi corazón. Gracias por ayudarme a entender juegos en la oscuridad, como ver recuerdos que no pasaron, como soñar despierto en medio del mar de depresión, por acompañarme en mi "Prisión del Desahogo", por ver los colores de las espinas que aún están enterradas en mí, gracias porque estuviste ahí cuando lloré lágrimas tan saladas como El lago Don Juan. Me hicieron saborear momentos malos para aprender a cocinarlos, preparando un platillo de letras y más lágrimas, una bebida de pensamientos y ortografía, con un toque de sentimiento que oculto.

No sé por qué creen que eres dañino, te confunden con la maldad de la enfermedades, pero eres necesario para comprender lo que no se puede ver con los ojos, a ti te deben invitar a tomar un té de imaginación mientras disfrutas charlas con el alma. Tienes efectos que causan defectos en los rostros, en las ventanas del alma, también en la abundancia del corazón, la cual habla la boca y escucha pilares de acero cayendo sobre el cuerpo de un joven silencioso, ingenuo, pero muy capaz, esa es la carga que debe soportar, por ello no puede tirar lo bueno que carga en los bolsillos rotos de su pantalón.

Me hieres tanto que quisiera mutilarte con mis propias manos, tengo el deseo, pero no el valor, por eso sigues fastidiándome, aunque lo sigas haciendo yo seguiré prestando vigilancia a lo bueno que traes escondido entre lo malo, es ahí cuando me siento orgulloso de lo que me beneficia mientras busco lo bellaco (maligno).

"Te amo con odio y te odio con amor", aunque sea el mejor poeta de mi época no podré definir esto que siento por ti, has estado mucho en mí y siento que te conozco desde hace poco, tanto tiempo y no pude sentarme y escucharte hablar cuando solo estabas callado. En este poco tiempo me convertí en un niño que corre hablar con un asesino, en la inocencia de hablar a quienes no les ve maldad. He intentado huir y siempre me alcanzas, he peleado y siempre me derrotas, he permanecido y no te aburres, he hablado y siempre escuchas, he callado y siempre hablas ¡No sé qué más hacer! Ya no puedo pensar en nada más que tú y yo, en esta guerra que siento que las batallas son eternas.

Me he dado cuenta que eres la estrella que ilumina a cientos de planetas, ya que no solo a mí mundo has venido, no sé si para extinguirme o para evolucionar y poder adaptarme a ti, pero si a la Tierra le llevó millones de años con una especie, imagina cuánto me llevará a mí lidiar con los rayos que penetran a mi mundo.

Todo es para aprender, por eso me desahogo y después pido a Dios que te aparte de mi vida, solo él sabe cuando lo hará y el qué vendrá después de ti...

                            Elmer Acuña

Corazón Sin VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora