Había pasado más de un año desde la batalla contra Muzan, dónde muchos perdieron la vida, perdieron algún ser querido o donde quedaron marcas de lo sucedido.
Y él, era la prueba viviente de esa batalla. Las marcas que quedaban y la pérdida de su brazo, era suficiente para saber que había sobrevivido a la feroz batalla.
Había recibido felicitaciones cuando se supo que era su cumpleaños, cosa que él no recordaba haberle dicho o mencionado a nadie.
Después de todo, él no era relevante y no deseaba molestar a los demás con su cumpleaños.
Aún así, les estuvo agradecido, y con una pequeña sonrisa y un suave gracias, se dejó arrastrar por Tanjiro, sus amigos y los pilares restantes. Le sorprendió también que su maestro hubiera cooperado, aunque también y le estuvo agradecido.
Su fiesta fue animada, y sí, le había gustado. Sin embargo, un poco de calma o tiempo a solas, no estaba de más.
Por eso, cuando terminó su fiesta, hecha por Tanjiro, se fue, no sin antes, volver a agradecerles, con una reverencia. Y emprendió camino al cementerio.
Dónde fue a visitar a su hermana, su mejor amigo y a ella, Shinobu. Que a pesar de que siempre lo fastidiaba, extrañaba su compañía.
Llegó y presentó sus debidos respetos a su hermana, Sabito y a Shinobu, y aunque no se consideraba una persona religiosa, oró por ellos, pidiendo que en dónde quiera que ellos estuvieran, sus almas descansaran en paz.
Y se permitió sonreír con sinceridad.
A su hermana le contó lo que había pasado todo este tiempo, pidiéndole disculpas de paso por haberse descuidado y de alguna forma, haber sido un malagradecido. A Sabito le dijo que finalmente podía verse con cierto orgullo, como pilar del agua, además de decirle que no había muerto como él le había pedido.
Y a Shinobu... Primero, le pidió disculpas por no haberla podido salvar —como lo hizo con Tsutako y Sabito—, por no haber estado cuando ella lo necesitó en su lucha contra la Luna Superior 2. Luego le contó lo que ocurrió al final con Muzan, que finalmente lo habían vencido y que se podría decir, que ya estaban en paz...
— Tal vez, no quieras saber o tal vez, tampoco te importe, pero... Te quiero, Kochou. Y... Perdón por no haberlo dicho antes.
Por un momento se preguntó cuál hubiera sido su reacción ante su declaración. Sonrió al pensar que tal vez, le hubiera contestado con alguna de sus bromas y también... Tal vez, y se hubiese ruborizado.
Pero eso, nunca lo sabría.
Si existiese otra vida, lo más seguro, es que se encargaría de hacerles saber a ellos —su hermana, Sabito y Shinobu— cuando importantes eran para él y también, cuánto los quería.
Se despidió, y comenzó a salir del cementerio, a paso lento.
Tsutako, Sabito y Shinobu aparecieron a su espalda, sonriendo.
— Cuídate mucho, hermano.
— Todavía tienes que vivir, ¿De acuerdo, Giyu?
— Cielos, eres muy cruel Tomioka-san. — Shinobu sonreía de medio lado, y de ellos, fue quien se acercó y a su oído susurró: — Yo también te quiero, Tomioka-san.
Y cuando Giyu volteó a ver, asombrado de haber escuchado a quienes amó y apreció, no vio nada. Y a pesar de eso, creyó firmemente, que no había sido imaginación suya y... Que en verdad, ellos le habían hablado.
— Feliz cumpleaños, Giyu. — fue lo último que escuchó, en un susurro en el viento.
Lo cual, le hizo sonreír, una vez más.
— ... Gracias.
Gracias por no olvidarse de mí.
-Traumada Taisho
¡Feliz cumpleaños Tomioka-san que todo el mundo te ama!
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Happy Birthday Giyu Tomioka! [Tomioka Giyu-centric]
Fanfic[Viñeta/Semi-AU] Lo que más deseaba él, de todas las cosas, era volver a verlos. A quienes él, amó y apreció. En el día de su cumpleaños.