vigésimo segundo

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    Jongin colocó un tupper enfrente de Iseul que se encontraba sentada en su asiento de la clase que había terminado. Ella guardó todos sus materiales de estudio mientras miraba a un Jongin cansado.

—Mamá cocinó más y me pidió que te trajera algo para el almuerzo.—explicó sentándose a un lado de ella y colocando los palillos para cada uno.

—¿No será porque un pajarito le contó que no desayuné en casa?—insinuó mirándolo.

—¿Ves pajaritos que hablan? Ya estás alucinando porque no haz comido bien, tonta.—colocó en la cuchara un poco de todo lo que había y le cerró la boca a Iseul con aquella comida.

   Iseul se rió un poco al recordar cuando Junmyeon hacía lo mismo cuando eran niños. De niña era tan parlanchina que su hermano no la aguantaba a la hora de compartir la mesa.

—Está muy buena la comida de Young Mi—dijo elevando el dedo pulgar en forma de aprobación. Le arrebató la cuchara a su amigo y continuó almorzando bajo la sigilosa mirada de él.—, iré estos días para que me alimente.—continuó comiendo despacio al mismo tiempo que se le unió Jongin.

—Y, ¿qué pasó con tu tía la rica? Te veías rara ayer.—preguntó curioso.

    Iseul hizo una pausa breve antes de contestar y así poder tragar en paz. Se venía una larga explicación.

—La están investigando en Canadá—empezó explicando llenando su cuchara nuevamente.—, creo que por enriquecimiento ilícito o algo así. No sé muy bien.

—Wow, por fin tiene su merecido.—acotó asistiendo conforme.

—Nos dejó un regalo en la puerta y se fue—dijo levantando los hombros en gesto de desinterés.—, ni siquiera se sentó en la mesa a hablar como queríamos con oppa.

—Si es culpable, tardará en volver créeme. No tendrás que volver a aguantarla por un largo tiempo.—dijo para luego tomar agua.

   Iseul esperó el tiempo prudente para que ambos terminaran de comer. Luego siguió detallando todo:—Nos dejó un primo adoptivo.

   La expresión de Jongin era inigualable; graciosa y en un estado de absorción impresionante. Sus gestos naturales le hicieron bastante gracia.

—Les regaló un niño—afirmó y luego de unos segundos en los que Iseul estaba masticando continuó para burlarse de ella.—. Te van a decir noona y vas a empezar a cuidar a ese niño como tu hijo.

   Luego de la exorbitante risa del moreno, ella se tomó el tiempo de mirarlo con cara de pocos amigos mientras masticaba. En realidad, en todo el tiempo que se mantuvo despierta estuvo pensando y asimilando ese asunto. Por un lado le daba gracia y por el otro lado le daba preocupación.

—¿Por qué tiene que ser un "hijo"?—dijo con cara asqueada.—Apenas tengo veinte años, ¿No me puede ser como hermanos?

—Apenas te cuidas sola y tienes que cuidar de un niño—se burló Jongin volviendo a llenar su cuchara. Ya iba a ser su último bocado.—. ¿Qué edad tiene? No me digas que tiene meses porque te daré mi pésame.

—Tiene diez años y se llama Jung Bae, eso es todo lo que sé.

—Lo condenaron con ese nombre.

   No se debería reírse pero las ganas le ganaron al decirse así de repentino ese comentario. Tampoco es que Jongin tenga un nombre tan exquisito y es más, hasta gracioso le parecía la primera vez que se vieron.

   El resto de la charla transcurrió con temas irrelevantes como siempre lo hacían. Especialmente de temas de la universidad y profesores. Es ilógico que el tópico que más odien sea del que más hablan.

the trouble it's me ||Kim Minseok||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora