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Días atrás.


Una azabache se encontraba sentada frente aún hombre de ya avanzada edad,  lo conocía muy bien,  uno de los socios más grandes que su madre tuvo,  aquella mujer era una fiera duela de un gran Imperio la mafia inglesa,  claramente era una de las mujeres más importantes y temidas,  claro hasta su muerte,  hacia apenas unas semanas aquella pelirosa había fallecido "accidentalmente" Cuando su auto término derrapando y mandadola a un barranco en donde su vida tuvo fin... Sarada tenía ciertas dudas al respecto sobre la misteriosa muerte de su madre,  aquella oficina ahora era testigo de como dos personas que habían vivido como criminales toda su vida ahora se aliaban "bastardo" Gritaba la joven en su interior sin embargo se mantuvo lo más tranquila posible.

— Sarada,  te conozco desde que estabas prácticamente en el vientre de tu madre, y sabes muy bien que no soporto las traiciónes.

— Claro que lo se... Señor Tobirama después de todo,  usted conoce mi palabra y mi lealtad.

— Espero que así sea... Si me traicionas.

Aquel hombre de traje elegante se levantó de su lugar y camino hasta quedar justo detrás de la silla en la que la azabache se encontraba sentada... Se inclino lo suficiente recargando su mentón sobre el hombro de la chica y sin prisa alguna dio un beso sobre el cuello de la misma susurrando en su oido

— Te mato...

La pobre azabache estaba más que tensa,  el asco se hizo presente en ella,  el aliento de aquel hombre provocaba que quisiera vomitar,  se relajo al sentir la lejanía y suspiro de alivio al verlo volver a su lugar.

— Entendido señor.

— Puedes retirarte,  ya sabes donde está la mercancía y los contactos.

Sin palabra alguna la azabache salió a toda prisa de esa Oficina,  su estómago quería vaciarse pero soporto aquello suspiro y pego un respingo cuando aquella voz llegó a sus oídos.

— Y ¿ Que tal?.

— Mierda Inojin...  Deja de hacer eso me matarás de un puto infarto.

El Rubio solo dio unas carcajadas mientras palmeaba el hombro de su amiga.

— Mi belleza es grande pero no para tanto.

La de lentes solo suspiro y se acomodo el cabello mientras avanzaba por aquella mansion.

— Esta listo... Ahora vamos con el Uzumaki..

— ¡ Shhhhh!  Las paredes tiene oídos Chalada callate.

Sus pasos se detuvieron y observando a aquel sujeto arqueo una de sus delgadas y bien formadas cejas mientras se cruzaba de brazos

— ¿ Chalada?.

— Es un apodo cariñoso.
Se encogió de hombros sin prestar mayor atención y siguió caminando.

— Maldito bastardo....

— Te escuche.

— Ese es el punto imbécil.

_________

En las afueras de la ciudad... En una cabaña aislada de la civilización,  un rubio bufaba con cierto aburrimiento mientras su vista se fijaba en los árboles en el interior de la casa una melodía bien conocida sonaba,  P. I. M. P de 50 cent...
Sus azulados ojos pasaron a un auto que recientemente llegaba,  sonrió con cierta arrogancia mientras caminaba hasta aquel lugar a recibir a sus "invitados" Viejos amigos también que por circunstancias de la vida habían terminado separados.

— Ni se te ocurra.

Menciono desde el auto un pálido Rubio mientras salía de este.

— La señorita tomate viene de malas porque el anciano le dejó babas.

— ¡ Maldito seas Inojin cierra el estúpido hocico!.

— ¡ No me digas! ¡Sarada te acostaste con el vejestorio!.

— Boruto callate,  primero muerta antes que eso,  joder es asqueroso.

— Bueno Bueno ya Sarada y Boruto a lo que vinieron.

Ambos mencionados asintieron y sin más entraron a la cabaña en el interior de esta se dirigieron hasta el despacho en donde comenzaron a hablar sobre ciertos temas.


— Bueno Sarada comienza.

La azabache junto sus manos bajo su mentón mientras recargaba los codos sobre el escritorio frente a ella.

— La información es mía,  aliados, cargamentos,  armas todo está a mi mando.

— Ok... ¿ Que plan tenemos?.
Habló el de pálida de tez mientras observaba a sus compañeros claramente esto era arriesgado.

— Los interceptare en el kilómetro 60... Será más fácil.

— No,  Boruto este cargamento tiene que entrar a la ciudad de una u otra manera información muy valiosa podría perderse.

— Concuerdo con Sarada Uzumaki lo que sucedió puede venir en esos archivos,  la muerte de tu hermana y la madre de Sarada  un accidente me parece poco razonable.

— Inojin tiene razón... La señora Hinata, Himawari,  la tía Ino y mamá...  No podemos dejar por alto nada ese accidente no fué normal.

— Entonces... Veamos otra forma.



1 Día antes 10: 35 pm


Había salido exitosa de aquel lugar,  su encargo había sido realizado,  sobre sus piernas viajaba un maletín el cual contenía gran cantidad de importante información para la Organización de Tobirama Senju... Lugares de reunion  socios planes... Todo estaba en aquel maletín,  Sarada fijo su vista al frente cuando los disparos comenzaron a sonar decenas de ellos... Su corazón se lleno de adrenalina y sin más detuvo su auto cargando una de sus armas y saliendo,  ese era el lugar, una camioneta la estaba esperando ya a las orillas de aquel lugar,  disparo a todos los acompañantes que con ella venían.

— Un honor trabajar con ustedes..

Con una sonrisa cínica ingreso a aquel auto donde el rubio la esperaba...  Tenía que ir al Imperio de  los Senjus sin embargo... Un mensaje detono su alerta.... La habían descubierto alguien la delató.

Estas muerta preciosa.


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⏰ Última actualización: Feb 09, 2020 ⏰

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