Habías estado alrededor de una semana tratando de hablar con Hueningkai.
Pero él te lo puso tan difícil que ni siquiera te dejaba entrar al departamento que compartía con los chicos. Los obligó a no dejarte pasar.
Te sentías demasiado mal, y estabas dispuesta a recuperarlo fuera como fuera.
Estaba anocheciendo, y te dirigías corriendo hacia la empresa.
Al entrar saludaste a la recepcionista y corriste hacia la sala de ensayos, donde SooBin te había dicho que estaban.
Y sí, él y los demás miembros te estaban ayudando reteniendo a Hyuka ahí.
Abriste la puerta de golpe y visto como su expresión cambió de ser divertida a una seria.
—Hueningkai... — murmuraste.
Él negó y salió de la sala.
Tú lo seguiste sin importarte nada.
Lo buscaste con tu mirada hasta verlo sentado en una habitación alejada.
Entraste lentamente.
—¿Por qué...?— murmuró él— ¿por qué es tan difícil olvidarte...?
—Hyuka... — te acercaste rápidamente a él y lo abrazaste por la espalda— lo lamento mucho... Me quedé hasta tarde en la biblioteca y no medí el tiempo, sé que fuí egoísta al olvidar que teníamos una cita, pero de verdad lo siento...
Hubo un silencio durante un par de segundos, hasta que él se dió la vuelta y te miró a los ojos.
—Está bien, te perdono. — una sonrisa deslumbró en tu rostro— Pero... — la borraste— Tendrás que volver a ganarme, me sentí muy mal y una simple disculpa no creo que lo compense.
—Sí, tú tranquilo, haré lo que sea para volver a estar contigo, Hyuka.
No iba a ser fácil, pero tampoco difícil, al fin y al cabo, estaba enamoradísimo de ti.
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