Capítulo 1 [Parte 2]

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Cada paso resonaba en la penumbra de la noche, mientras a lo lejos seguían oyéndose los disparos y gritos ahogados que lentamente se extinguían en la inmensidad de la noche. Cada cuadra se me hacia eterna y cada calle la veía igual al pasar por ellas, hasta que luego de un buen rato algo se me enredo en las botas haciendome caer de cara al suelo.


Una chaqueta de mezclillas tirada en la calle yacía, rápido sacudí los pies tratando liberarme y seguir mi camino, pero un pin amarillo en su solapa me tomo por sorpresa y no pude aguantar las ganas de sonreír de oreja a oreja. ¡Era la chaqueta de Kris! ¡Tenía el mismo pin de la Alianza Rebelde que yo le regale! ¡Estaba viva, tenia que estarlo y tenía que estar cerca!


Raudo me la quité de las botas y pude notar como le faltaba una manga; de un salto me incorporé y comencé a ver como loco a mi alrededor, buscando un indicio, una pista, un... lo que sea. ¡Y la vi! La manga que le faltaba estaba sobre la capota de un auto treinta metros más adelante, junto a un fresco charco de sangre en el cual comenzaba un rastro que podía seguir. Solo receba que no fuese de ella.


Corrí como un majadero siguiendo cada gota de sangre, solo la que se veía fresca obviamente, y luego de quince cuadras los vi: Cinco hombre y una mujer sentados alrededor de la luz amarillenta de una fogata en medio de la calle, detrás de cajas de madera donde podrían cubrirse si los llego a atacar. Uno de los hombres, el más alto y moreno, tenía un navaja en el hombro que la mujer trataba de sacarle con cuidado.


Agachado pase lo mas silencioso que pude cubriéndome con los autos hasta que estuve lo suficientemente cerca como para poder escuchar su conversación.


—No acabo de entender —decía la mujer— ¿Como es que una niña de doce años te apuñalo?


—Estuvimos persiguiendo a la malparida como por media hora —contestó el hombre luego de que ella le retiró el cuchillo y le colocaba un polvo color rosa sobre la herida que la hizo parar de sangrar—, cuando creímos que la habíamos perdido la maldita salió de la nada y me clavo esa mierda en el hombro.


La mujer comenzó a reír a carcajadas y luego se sentó junto a los demás.


—¿Y? ¿Dónde está? —pregunto la mujer destapando un botella con translúcido liquido marrón en su interior.


—Arriba en la primera planta —dijo el moreno tomando un vaso donde ella le sirvió un poco—, Luis le esta dando lo que se merece.


No me quede a escuchar más, entre en el edificio, con mucho cuidado de que no me vieran entre auto y auto. Subí rápido las escaleras, estaba en una especie de hotel y al llegar al primer piso vi la puerta del lado derecho del pasillo abrirse; de ésta un hombre de unos cuarenta años salio con la cara, las manos y la chaqueta llena de sangre, ese debía ser Luis.


Antes de que pudiera hacer algo le azote la cabeza contra el marco, con tanta fuerza que la madera se astilló. Él cayó dentro de la habitación, inconsciente, dejándome ver una escena que me revolvió el estomago.


—¡Eh! ¿Luis? ¿Todo bien? —preguntaba uno de sus amigos desde fuera. Nadie respondió.

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⏰ Última actualización: Jun 20, 2020 ⏰

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