Capitulo VI: El goce y la pena

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LOS SENTIMIENTOS OBJETIVOS Y LOS REPRESENTATIVOS

Es bien difícil llegar a precisar lo que son el goce y la pena. Se trata de dos sentimientos
vagos y que presentan múltiples matices Esto hace difícil el separarlos de fenómenos
semejantes con los que tienen relación. Así, el goce es vecino del placer como el sufrimiento lo es del dolor. Sin embargo, no hay que confundirlos. Analizando los
contrastes que presentan, se ha llegado a establecer que el placer se traduce por un
acercamiento al objeto que lo motiva; mientras que el dolor, siendo un signo de
advertencia, de un daño, se resuelve en un alejamiento.
El goce y el sufrimiento son más bien representativos: así, el primero aparece en
condiciones favorables para el hombre como, por ejemplo, cuando se trata del aumento de su fortuna, el halago de su reputación o el encomio de su honor. El sufrimiento o la pena moral se producen en circunstancias opuestas, cuando la salud o la vida están en peligro; cuando la reputación está comprometida o hay en perspectiva la pérdida de la libertad en virtud de una prisión posible. Si los hechos acontecen por lo que toca al factor tiempo, rápidamente, entonces se trata de estados emocionales que se producen con todo ardor y sacudimiento, como cuando un joven pide un beso a una dama y ésta se lo concede; o bien, cuando se trata de un estudiante con pocos o ningunos conocimientos y que es reprobado. En cambio, cuando el beso es aplazado o cuando se trata de la larga preparación de un bachillerato, entonces, en virtud de la duración, los estados de conciencia se modifican, y por su prolongación, se trata de sentimientos propiamente dichos. La afección está acortada en un caso, evoluciona en serie en el otro, y aquélla puede convertirse en ésta.

CONDICIONES CORPORALES E INTECTUALES

Desde hace aproximadamente 50 años se ha pretendido llegar a una solución muy
particular, tanto del goce como del sufrimiento, pues al examinarlos se ha significado que hay alteraciones de la inteligencia, de la motilidad y viscerales. Se ha dicho que el que goza tiene las ideas claras, ágil su cuerpo y sus funciones llevándose a cabo sin perturbación alguna; mientras que el que sufre no tiene su inteligencia normal, está agitado, a veces sobrevienen convulsiones y los órganos padecen. Con este motivo hay una carta de James llena de detalles en la que se describe el resultado de un temblor de tierra que sufrieron los habitantes de San Francisco, muchos de los cuales quedaron sin casa y tuvieron que irse al campo. No podían dormir, habiéndose presentado en ellos, en su excitación, una locuacidad exagerada en la que comentaban el siniestro. Esta locuacidad a veces tomaba el aspecto de una gritería ensordecedora, acompañada deperturbaciones motoras, de ademanes y hasta de accidentes convulsivos. En ellos no faltaron perturbaciones de las funciones viscerales.

REFUTACIÓN DE LA TEORÍA DE JAMES-LANGE

Antes de pasar adelante, y para hacer justicia, es conveniente recordar que estas últimas perturbaciones ya habían sido señaladas en la filosofía cartesiana y por Malebranche, a quien se puede considerar como el padre de la psicología francesa. Ya desde aquel entonces se presentía lo que más tarde habían de desarrollar James y Lange, cuando estos dos pensadores, cada uno por su parte, asentaron que las emociones dependen de las alteraciones viscerales, y que hay una participación muy interesante, una contribución de los reflejos vasomotores. La teoría de James-Lange ha sido exagerada, principalmente por sus discípulos, aconteciendo en la ciencia lo que pasa en la política, en donde los prosélitos abultan los hechos. Del mismo modo, los alumnos hacen decir a sus maestros lo que éstos no han expresado. James sólo ha hablado refiriéndose a emociones sutiles. Contra él se ha desencadenado una discusión formidable, recibiendo muchos ataques, entre ellos los de Baldwin. Los sentimientos tienen una tonalidad especial, que hacen, por su interés, que no quepa discusión posible.
Desde hace bastante tiempo, en Europa Ribot, y en América Titchener, han trabajado en los laboratorios, en donde se han efectuado múltiples experimentos, siendo la razón de ser de las investigaciones, la misma, aproximadamente, que tenía Charcot cuando dormía a las histéricas en sus célebres sesiones de hipnotismo, es decir, tener una ocupación. Los laboratorios necesitan dinero, una gran cantidad de instrumentos y asuntos sobre qué investigar. James ha dado el bagaje, así como un gran número de fisiólogos que constantemente están tomando las gráficas de la circulación y de la respiración, la presión sanguínea, etcétera. Sería prolijo detallar el número de esfigmógrafos, cardiógrafos, esfigmomanómetros,
oscilómetros (de Pachon u otros), etc., o sea los aparatos que usan, tratando de encontrar las variaciones de los fenómenos fisiológicos que acompañan a las emociones. Ellos en cierto modo se burlan de nosotros porque no podemos cortar una arteria, seccionar un nervio o mutilar un organismo humano como se puede hacer in anima vili: en un gato, verbi gratia. Sin embargo, los resultados obtenidos por ellos son mediocres. No convencen los argumentos dados por Lassegue, por James y por Lange, que son de escaso valor. A saber:

|Psicología De Los Sentimientos| Pierre JanetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora