Parte 1

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Una isla virgen, incapaz de ser hallada, de misteriosa existencia que no es sabida por los humanos. Repleta de frondosos árboles, de cascadas y ríos cristalinos que adornan su entorno con tan solo el sonido del agua al caer y recorrer amplios senderos hasta perderse de vista.

Protegida por una gran barrera de energía, la exuberante naturaleza de la isla proclama admiración digna a los que residen allí, para aquellas criaturas era su preciado hogar y por ende, lo mantenían y cuidaban reflejando así la importancia que le tenían.

Sin duda alguna, aunque era imposible, si el humano lo viera pensaría en tan sólo una palabra: Magia. Y es verdad, la magia era lo que destacaba en todo y en todos.
Duendes, elfos, hadas, magos, brujas, unicornios y entre otros, todos ellos conviviendo en templanza, en paz. Sin embargo, todos saben que si existe el bien, el mal también, no era de espantarse si algún habitante del lugar despertaba malos sentimientos. Así que, como en cualquier otra nación, se regían por leyes, y en este caso, si perturbaban la paz y arremetían con el caos ocasionando grandes lesiones eran expulsados y enviados al mundo humano, una regla muy tajante y un poco injusta para muchos, pero era preferible eso a la muerte.

Gobernada por Tsunade, un hada que asumió el cargo poco después de la muerte de Sarutobi, el anterior gobernador, que era un gran hechicero. Murió a manos de su aprendiz Orochimaru, cuando éste quiso dar un golpe de estado. Claramente, fue juzgado por las leyes y declarado al exilio.

Tsunade era conocida por su gran capacidad de sanar y gracias a sus obras llegó a ser la Hokage de la isla, título adquirido al que es elegido como gobernador.

Al igual que afuera, no faltaba las costumbres y tradiciones que se hacían en respectivas fechas, así como la fiesta del "Árbol de cerezo", una celebración en la que destacaba el amor, ahí cada habitante podía salir con su pareja o familia a disfrutar del festival, con música y comida a disposición.

La mayoría anhelaban tanto que esa fecha llegara, sin embargo, siempre hay un porcentaje que no le agrada tanto la idea, como lo es el caso de Naruto Uzumaki y Sasuke Uchiha. Cada uno con diferentes puntos de vista pero con igual motivo.

Para el azabache de ojos negros de nombre Sasuke, tenía una definición para dicho día y es: Ridículo y cursi, sí, eso pensaba ya que a su parecer, todo eso era niñerías sin sentido. Perdió a sus padres y hermano cuando era muy niño, la causa de la muerte de su familia era la masacre desatada por Madara, un mago consumido por la maldad, que gracias al cielo ya no habitaba en la isla. Por eso ir al festival tan solo le recordaría a su familia y no tenia ganas de estar nostálgico y pasársela mal, motivo por el cual le parecía toda aquella celebración una estupidez. Si bien se podía ir con una pareja al festival, un hada como Sasuke no tenía interés en tener acompañante, tan solo la palabra "novio" lograban desubicarlo al imaginarse cosas cursis, no, definitivamente, el amor no era para él, al menos no por ahora.

Yendo al caso de Naruto, un rubio de ojos azules, que tenía su propia definición a dicho día: Superdupermegafántastico, sí, eso, para él, pasarlo en familia o con una pareja era simplemente maravilloso, disfrutar de buenos momentos era lo que más anhelaba. El problema era que desgraciadamente, sus padres murieron a manos de ese sujeto, Madara, en la misma noche que murieron la familia de Sasuke y otros habitantes. Era triste, sin embargo, el rubio no lo daba a mostrar, quería salir a ese festival y divertirse pero al final, como todos los años pasados, decidiría a último momento encerrarse en su casa y ver desde su ventana los fuegos artificiales. Para él era un día importante pero al pensar en el que dirán las personas al verlo caminar solo por el festival y burlarse de él, simplemente retrocedía. Ahora, si vamos al asunto de tener una pareja, la idea de tener alguien a quien amar le llenaban de dicha y sentía felicidad, pero no encontraba a alguien con quien tener una relación por lo que esperaba, pero la paciencia no era una de sus virtudes y muchas veces se frustraba, llegaba a pensar que tal vez el no tenía una pareja destinada. Al ser un mago, en varias ocasiones intentó a través de un hechizo ver quien era su pareja pero extrañamente no podía ejecutarlo bien y terminaba destruyendo el techo con explosiones. Faltaba tres días para el festival, en ese tiempo intentaría buscar a alguien para invitarlo y pasarla bien, su búsqueda empezaba ya.

Y nada, absolutamente nada, el rubio no encontró a alguien con quien salir, solo tenía un hora más y la fiesta daba inicio. Quería romper con aquella maldición contada por generaciones, que consistía en que aunque quisiera amar a alguien, desgraciadamente no encontraba a su pareja, muchos de los magos envejecían solos, salvo sus padres y otros que fueron la excepción; le aterraba pensar que esa maldición sería dada a él también.

Se veía los preparativos y él al verlos se enojó y comenzó a caminar dando grande a pasos con una cara de pocos amigos. Entró a su casa y azotó la puerta con fuerza.

-Otra vez solo.- susurró mirando a la nada. Se sentó en su cama y soltó un suspiro de frustración. Luego de unos segundos se hallaba reteniendo con fuerza las lágrimas que salía de sus ojos sin poder evitarlo. -Solo...- susurró de nuevo.

De repente la ventana se abrió dejando pasar a una hermosa chica de cabello azabache y ojos perlados, con una ligera aura blanca.

-No estás sólo. -le dijo llamando su atención.

-Hinata, ¿qué te trae por aquí?- sonrió desganado.

-Te vi triste.

-No encontré a alguien con quien salir al festival. -dijo apretando sus puños. -Le dije a Sakura pero solo se rió de mí.

-Los elfos prefieren estar con alguien de su misma especie. -le aclaró.

-Bueno ya no importa, otro año más otro menos, me tienen sin cuidado. -dijo alzando los hombros, claramente mintiendo.

-Lo encontrarás. -declaró sentándose en el filo de la ventana.

-Ya es tarde, falta una hora y da inicio.

-Faltan una hora. -recalcó ella. -El amor no golpeará tu puerta.

-¿Eh?- la miró intentando entender lo que quiso decir.

-Ve a buscar al bosque. -ordenó.

-Pero...-intentó replicar. -Ahh. -suspiró. -Cómo ordene Lady Luna.

-Me lo agradecerás después, te lo aseguro. -sonrió. -Es hora de irme, pronto iniciará la noche.

-Está bien, yo igual voy saliendo.

.............

En otro lugar no muy lejos de la casa del rubio, el azabache se encontraba discutiendo con su "amigo", un cuervo, la mascota que era de Itachi.

-No pienso salir, ya déjame en paz. -le dio la espalda al ave.

-Eres un cabezota, date la oportunidad de disfrutar la fiesta.

-No quiero.- declaró cruzándose de brazos. -Además, no tengo pareja.

-Puede que alguien espere por ti.

-Es ridículo. -musitó.

-Cabezota. -lo regañó. -Cómo quieras, yo iré con mi compañera a volar.

-Adiós.

El cuervo alzó el vuelo pero antes de salir por la ventana se le ocurrió una maravillosa idea.

-Fuera una pena que....-se acercó al buró de Sasuke.

-¿Qué cosa?- preguntó mirando al ave.

-¡Que la joya de tu madre termine en el río sin fin!- espetó rápidamente y agarró el collar en su pico, lo colocó en su cuello y comenzó a volar hacia la salida.

-¡Oye! ¡Deja eso! -gritó Sasuke alzando el vuelo también.

-Lero lero por cabezota. -jugueteó el cuervo y voló más rápido.

-¡Shisui! ¡Te voy a hacer sopa!- gritó saliendo tras el ave.

.........

-No entiendo que voy a buscar aquí, de seguro todos están en sus casas alistándose. -dijo Naruto haciendo un puchero. -¿Que el amor no golpeará mi puerta? ¡Ja! Patrañas, esto es en vano, esté en casa o no es lo mismo.

-¡SHISUI!- un grito lo puso alerta y antes de que pudiera reaccionar, fue golpeado por algo, dejándolo en el suelo aturdido.

-No golpeó mi puerta, golpeó mi cabeza...- susurró todavía aturdido fregando su cabeza para aminorar el dolor.

-Ay, por qué no te fijas. -declaró un azabache haciendo lo mismo que él rubio.

-Par de tontos. -declaró el ave volando alrededor de la cabeza de Sasuke y Naruto.

-Shisui...- advirtió Sasuke frunciendo el ceño.

La leyenda del hada y el mago (NaruSasu)Where stories live. Discover now