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El sol se posaba directamente al cuarto del rubio, quien dormía plácido,pero el universo conspiraba y gracias a ese rayo de sol despertó de su hermoso sueño, algo molesto se levantó mirando la hora, soltó un suspiró, estaba cansado. Entró a la ducha,se arregló poniéndose el uniforme de su trabajo, se peino atando su cabello y se fue sin desayunar al restaurante, este quedaba a diez minutos de su casa por lo cual no tomaba el transporte, solo caminaba.

Al llegar saludo a sus compañeros de trabajo y se sirvió algo de comer, se sentó en su mesa ignorante de todo, no quería prestar atención, pues su vida era una rutina, era lo mismo desde hace tres años, levantarse, trabajar e ir a casa, así por tres malditos años, estaba aburrido de todo. Miró por la ventana a la gente pasar y soltó un suspiró cansado sin quitar la vista de afuera, miro un automóvil que se detuvo justo en frente, queso atiendo mientras bebía su café, y miró, miró aún chico bajar de allí, cabello negro como la misma oscuridad y ojos verdes, este se dio cuenta de que era observado y miró al responsable de tal acto, los verdes esmeraldas se toparon con el azul zafiro, por un instante ambos sintieron que no había nadie más en el lugar, sólo se veían como si fueran los únicos seres vivos en aquel mundo, entonces el azabache cambió de dirección hacia las espaldas del rubio notando que alguien se acercó a el y toco su hombro haciendo que el de ojos esmeraldas se sobresaltara y mirará atrás, rápidamente se dio la vuelta para que nadie se diera cuenta de que ambos se habían mirado, sería raro.

Al otro lado del cristal, el rubio al terminar de hablar miro por la ventana, solo vio el auto, pero no al chico, comenzó a buscarlo con la mirada con el pensamiento de donde estará {Pero...¿porque me preocupa}, pensaba, en eso la puerta del restaurante se abrió dejando entrar a varia personas, entre ellos al azabache, el rubio no lo noto, continuaba mirando por la ventana, su compañero de trabajo de cabellos morado comenzó a acercarse pero se detuvo al notar que ese azabache tocó el hombro de su amigo, se quedo expectante a la situación

-Hola- Sonrío el de ojos verdes

-H-Hola- contestó sorprendido

-¿Puedo sentarme?- le pregunto con una tierna mirada

-Cl-Claro {¿Porque estoy nervioso?...pareciera que hasta mi nombre se me olvidó}- se dijo así mismo.

-Veo, por tu uniforme, que trabajas aquí- el azabache quería romper el hielo y que no se sintiera incómodo por estar con un desconocido.

-S-Si...pero mi turno aun no empieza- comentó

-Soy...Dime Yuu- comentó

-Soy Mikaela, pero puedes llamarme Mika-

Al otro lado de la escena el único expectante quedó extrañado, el rubio odiaba que le dieran apodos o cortarán su nombre...{porque activa diferente?} pensaba el de cabellos morados.

-Oye Lacus, date prisa y ve atender a Mika y a su amigo- dijo otro chico con ejeras debajo de sus ojos.

-No te perece extraño?, Mikaela no considera a nadie amigo, es muy serio, pero ahora...ahora se ve distinto- el chico estaba preocupado, así como lo decía, el rubio no consideraba a nadie "amigo", era una palabra sin sentido, pero Lacus, aún así, se consideraba su amigo aún que el otro no lo admitirá.

-Solo ve a atenderles y luego piensas en eso- dijo poniendo su mano en el trasero del chico y empujándolo levemente, este se sobresalto y continuó caminado hasta aquella mesa.

-Bienvenidos, ¿que le puedo servir?- sonrío entregándole la carta ambos.

-Gracias dijeron al uniso.

-¿Me dejas invitarte?- preguntó Yuu mirando directo los ojos del contrario.

-¿Que?...¿P-Porque?

-Porque llegue a interrumpirte, aun que no aceptare un no- el rubio solo suspiro y dijo lo que se daba, un segundo desayuno haciendo que el "mesero riera", el otro solo pidió un café con leche.

Hablaron casi todo el día, el rubio no se percató de la hora, sus compañeros se sorprendieron al verlo reír muy vividamente con el desconocido preocupando a todos.

Él sonar de un teléfono logró hacer que ambos se dieran  cuentan de que perdieron el día por completo, ahora el de ojos azules estaba asustado, ¿que diría su jefe por haber perdido el día?.

-L-Lo siento Yuu, perdí mi día contigo, perdón- mencionó.

-No pasa nada Mika, me gustó haber perdido el día contigo, pero si entras en problemas no dudes en decirme, ten- le dio el número de su móvil, el rubio sólo sonrío y comenzó a tomar un leve color carmesí, se sentía bien, se sentía a gusto, sentía que algo en el se recuperó, sintió que luego de tres años, algo en el volvió.

Just Two [Yuumika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora