Costaba creer que la chica que había dejado el dinero en el mostrador tuviera diecinueve años, para la casera hubiera podido rondar los diecisiete o dieciséis. Era delgada, con una piel clara y seguramente propensa a ponerse rosada con las picaduras de mosquito, tenía ojos grandes de color caoba, aunque le habría valido lo mismo que tenerlos de color azul, era esbelta, pues por su falda larga mostraba unas piernas delgadas de rodillas finas. Y por si fuera poco, tenía que llevar el cabello atado en dos coletas largas y altas, adornadas con corazones de falso cristal.
Ante una quinta observación, la chica carraspeo para apartar la incomodidad de aquel silencio y repitió:
— ¿Habitaciones?
La casera, una elfa, parpadeo antes de hablar y se sobresaltó un poco, avergonzada.
—Si... ¿Una sola persona?
—Tres personas, otros dos mujeres vendrán dentro de una hora—Explico, casi se le ocurrió advertir que las habitaciones no se prestaban para prostitución cuando advirtió la medalla de porcelana colgando de una cinta azul en el cuello delgado de la chica, una paloma de color verde, sosteniendo en su pico una rama de olivo.
El símbolo de la corona ¿Aquella chica era una...?
—"Una fotografía te durara más, mujer". — ¿Por qué la gente tenía que mirarla todo el tiempo de ese modo? Al menos no le había pedido su identificación, sabía bien que si estaba pidiendo alojamiento era mayor de edad, o al menos lo presumía.
Se presionó el interior de la mejilla con la lengua mientras la elfa revisaba las cajitas de madera con números dispuestas en la pared a sus espaldas, finalmente, encontró una llave y se la entrego: habitación 19. Le dedico un pequeño gracias, tomo su pesada maleta y la subió hasta su habitación. Lo cierto es que de por sí ya estaba bastante molesta por aquella ridícula misión ¿Por qué Amanda solía asignar tareas tan ridículas a los miembros de la tropa Cerámica? Su símbolo, una medalla de cerámica, en ocasiones se sentía más pesado que el bronce o el hierro, dos facciones de las tres, y luego estaban ellas, justo al fondo. La idea de entrenar una tropa elite de soldados para misiones "particulares" debía de traer consigo alguna consideración, era como ser la jodida general del ejército y descubrir que su siguiente misión incluía limpiar el baño o sacar a pasear a los perros de la princesa.
Se recostó sobre la cama y empezó a quitarse la ropa, aunque el temor de que Keela y Mercedes pudieran abrir la puerta en cualquier momento y encontrarla desnuda paso por su mente, poco le habría importado, a ellas igual, una parte esencial de pertenecer a la tropa de Cerámica siendo una de las cuatro miembros más jóvenes, subrayado "chicas", era acostumbrarse a ver mujeres en pelotas.
Si divirtió imaginado a Keela, o a Mercedes, quienes seguro habrían gritado para cubrirse con las manos como dos colegialas, o a la propia Rene, que solía ducharse después de todo el mundo, aunque se apagaran las luces y no hubiese agua caliente, eso sí era tener pudor antes que nada. Se quitó las bragas con los pies para guiarlas dentro de su maleta, entro al baño con una muda de ropa y empezó a ducharse con agua bien caliente, de esa manera evitaba la molestia de sufrir calambres durante el estiramiento obligatorio al que sometía a sus dos amigas ¿Qué clase de capitana seria si no cumpliera con sus propios objetivos? Mientras se duchaba pensó en la misión y volvió a reír. Había sobresalido en el mapa una señal misteriosa, no realmente una señal muy fuerte, de una aldea pequeña cuyo nombre en álfico significaba "zapatitos", cosa que divertía a Beldam y a casi todos los humanos del escuadrón, al parecer, se estaban esparciendo rápidamente rumores de experimentos con sangre de Gorgona, una raza antigua de serpientes mágicas, el asunto era que "mágico" no quería decir algo bueno para ellos, estaban desapareciendo personas, por el momento había un total de once, cuatro hombres y siete mujeres, los granjeros de las zonas aledañas estaban reportando mutilación de ganado.
YOU ARE READING
La misión de Beldam
FantasyLa capitana Beldam Arizona no es muy tomada en cuenta, a pesar de ser la líder de su tropa y miembro de primera generación de la tropa de Cerámica, un grupo individual del ejercito de su reino, formado en su mayoría por antiguas concubinas del palac...