Auribus Teneo Lupum

Capítulo 3 : Magia de luna llena

Magia de luna llena

Capítulo tres

Fue la fuerte brisa invernal lo que lo despertó por la mañana. Harry se estremeció despierto y se movió sobre la cama de su pelaje. Parpadeando con los ojos abiertos por el sueño, entrecerró los ojos cuando el sol los picó y miró a su alrededor. Por eso se había despertado frío entonces, el calor antinatural del calor de la luna había disminuido cuando salió el sol y la protección del pelaje de Fenrir desapareció. Sentándose un poco más erguido, Harry tiró de una esquina de la capa sobre la que estaba tendido sobre los hombros para calentarse y observó, todavía en una neblina inducida por el instinto mientras Fenrir se agachaba sobre un fuego recién florecido.

El hombre estaba tan desnudo como el día en que nació, húmedo del arroyo y cocinando pescado sobre las llamas. Harry se movió para poder usar más piel para cubrirlo, pero el movimiento atrajo la atención de Fenrir hacia él. De alguna manera, Harry sabía que así era como debería haber sido la primera vez, lo que les habían robado antes. Ambos estaban suspendidos en un mundo nublado y gentil de solo ellos, instintos e ... intimidad. No hablaron, como si la atracción de la luna todavía estuviera sobre ellos, no, algo aún más fuerte que eso.

Fenrir le dirigió una mirada significativa y cálida y se volvió hacia el pez, girándolo hacia el pincho y usando garras limpias para arrancar el hueso del centro. Comfrey Rock de agua dulce, entonces, el pez favorito de Harry que Fenrir le había presentado cuando estaba ... embarazado de Kirian, lleno de nutrientes y magia natural y ... delicioso. Incluso mientras se acercaba a Harry, Fenrir pasó su mano sobre las llamas para convencerlos mágicamente de que fueran más altas y más calientes. No dijo nada, solo pasó el pescado ensartado a Harry con cuidado.

Harry parpadeó. Esto se sintió bien. Esa era la única forma en que podía describirlo. Se sentía como la pieza que faltaba. Se acercó al fuego y tomó la brocheta, sacando un bocado de pescado con los dientes y masticando. Él gimió. Tan bueno. Fenrir sonrió, cruzando las piernas y mirándolo mientras comía. Harry miró hacia atrás, masticando la carne caliente con cuidado. Cuando el pez se fue, Harry arrojó el palo al fuego y se inclinó hacia la orilla del río para recoger agua fresca y clara en su boca.

Cuando regresó al lugar junto al fuego, Fenrir estaba acostado de lado, con la cabeza apoyada en una mano y Harry mantuvo la mirada fija mientras se deslizaba de espaldas a su lado, esperando. Las yemas de los dedos callosos trazaron unas pocas salpicaduras de agua que accidentalmente sacudió por la barbilla y la garganta y Harry tragó, relajándose, girando la cabeza hacia un lado y solo respirando. Le dolía el cuerpo pero en el buen sentido. Casi hormigueaba, pequeños pinchazos de calor que se dispararon más ferozmente cuando la mano de Fenrir se extendió por su pecho, su estómago y hacia abajo para trazar su agujero aún abierto.

Harry siseó ante el dolor de placer y vio esos ojos oscurecerse de deseo, de aprecio y orgullo. Seguía pegajoso y suelto allí abajo. El lobo definitivamente había hecho su trabajo entonces. Harry sintió arder sus mejillas, instintos o no, y rizó los dedos de los pies en la hierba mientras dejaba que Fenrir lo sintiera. Era otra cosa instintiva que se sentía bien. Cuando jadeó, esa mirada lo miró inquisitivamente, como si le preguntara si estaba bien, antes de retirar los dedos, limpiarlos y deslizarlos debajo de la capa para descansar sobre el estómago de Harry.

Antes de que se diera cuenta, unos labios erizados y sin afeitar trazaron la forma plana y dura de su abdomen, olisqueando, oliendo, besando. Harry lanzó un resoplido de diversión y deslizó los dedos por el cabello de Fenrir, cerrando los ojos mientras el sol se posaba sobre ellos a través del dosel de los árboles, calentándolo. Aclarando su garganta, Harry logró encontrar su voz. "¿Funcionó?", Preguntó, con la voz ligeramente ronca por el sueño y el uso inapropiado de la noche anterior.