1. Camino a casa.

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Capítulo uno.

Estaba yo ahí sentada en medio de la clase de literatura, pensando en todo menos esa materia; la verdad me aburre muchísimo eso de la sociedad antigua y no sé qué otras cosas. Justamente en medio de mi transe mental el señor Smith me llama al frente y me pregunta por los círculos viciosos más comunes que ocurrían en el siglo 19.

Mientras voy caminando al frente del salón me preocupo por tratar de recordar algo de lo que dijo mientras yo estaba pensando en otras cosas.

Lo primero que me llegó a la mente fue la belleza y así mismo lo solté.

-Cuestionaré su respuesta.-dice el señor Smith

-Pues en esa época las mujeres eran devotas a su belleza exterior, supongo que sabían perfectamente cómo enloquecer a los hombres y luego ignorarlos, digo, estamos hablando de la época del romanticismo y el realismo, supongo que sería la respuesta más acertada.

-Está en lo correcto, pero para la próxima ponga atención a la clase.

Cuando voy camino a mi asiento, justamente suena el timbre para irnos. 8 horas diarias en el instituto; siempre he sido una estudiante sobresaliente pero hoy es uno de mis días en los que no quiero ni siquiera levantarme.

Mientras iba caminando por el pasillo sentí levemente una mirada encima de mi, pero no le presté mucha importancia ya que siempre me observaban debido a mi "atractivo e heroico hermano" así solían llamarles las chicas de mi instituto. Mi hermano era jugador estrella del equipo de basquetbol, alto, piel morena, pelo negro y ojos amarillentos y todas lo deseaban como un niño desea un dulce.

En la entrada me encontré con mis amigas de toda la vida; Kate la peli roja, alta, dientes perfectos y capitana de porristas y la otra era Ashley, que era de baja estatura pero de grandes atributos y popularidad asegurada por su novio el capitán del equipo, Kate debía practicar una nueva rutina y Ashley acompañaría a su novio a las prácticas así que decidí irme a casa caminando para despejar un poco la mente.

Mi casa quedaba a medio kilómetro de la escuela, pero prefería caminar antes que aguantar por 5 minutos a lo idiotas amigos de mi hermano; mientras caminaba pensaba en todo lo que había pasado ese día, hasta que un ruido a mis espaldas me sacó de mis pensamientos y me hizo voltearme bruscamente hacia atrás.

Donde me encontré con un chico alto, con ojos verdes y unos labios totalmente pálidos y rotos; nuestras miradas se encontraron y alcé una ceja como petición al chico de que se explicara.

-Me llamo Lucas. -dijo después de unos segundo que para mí fueron siglos.

-Me estás siguiendo, Lucas? -Salió de mis labios sin ningún atisbo de vergüenza ni coherencia.

El chico sonrió y con un destello de amargura en su voz- Eso quisieras.

-jaja, eres muy chistoso.

-Eso me han dicho, Hazel.

Me giré entre mis talones y seguí mi camino.

Llegué a casa y como de costumbre no había nadie aparte de Manuela, la señora que se encargaba de la casa y que nos había visto crecer, en el fondo la quería mucho, ella se había encargado de nosotros mientras que nuestros padres como de costumbre trabajaban todo el día. Mis padres eran grandes empresarios y viajaban constantemente, y junto con grandes empresarios venía una gran casa, dinero, hijo deportista y la inteligente y la clásica vida perfecta, pero mi vida no era perfecta en lo absoluto; mientras mis padres no están mi hermano hace fiestas y trae chicas a la casa, y yo pues, salgo con mis amigas para estar lo menos posible y mientras estoy, estoy en mi habitación estudiando o en la piscina. El día de hoy decidí solo saludar a Manuela y ir a almorzar algo.

Luego, subí a mi habitación y escuché música hasta que me quedé dormida toda la tarde. Hasta que me levanté por fuertes zumbidos y con gran molestia y pesadez revisé el reloj que está en mi mesita de noche y verifiqué que era medianoche, y recordé que era viernes y había juego de semi-final así que esto solo podía significar una cosa: ganaron y hicieron una fiesta.

Tenía un gran sabor amargo en la boca así que me decidí a bajar a la cocina a buscar algo de tomar; mi habitación está al otro extremo de donde está la fiesta así que me moví rápidamente y baje por el área común donde me encontré una muchedumbre de personas bebiendo y pegados como si no hubiese mañana.

Hasta que mis ojos se encontraron con unos ojos recién conocidos y penetrantes.

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Primer capítulo dedicado a Ligia Cruz, Emy Sánchez y Mely Ortega.

Gracias por creer en mi.❤️🖇

Hasta el último día.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora