¿Alguna vez has sentido cómo tu mirada se apagaba? ¿Has notado cómo la de alguien que no eres tú perdía su brillo y mostraba el dolor que cargaba?
Katherine Potter nunca se imaginó estar en esa situación, y eso que su mundo traía magia hasta los cod...
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La respiración se cortaba y el dolor en el pecho se intensificaba con cada paso veloz que daban. El pasillo de Hogwarts, que solía ser brillante y misterioso, estaba en el peor estado que Katherine hubiera imaginado que estaría en algún momento de su vida.
Aunque la situación de su colegio no era lo único que jamás se habría imaginado que pasaría.
Por ese pasillo destrozado lleno de polvo y roca corrían dos chicas, que parecían fantasmas en pena, con la tez pálida y demacrada, junto con unos ojos llenos de dolor que reflejaban la pérdida que habían sufrido. La mayor de las dos, que en su mejor momento llegó a tener el cabello tan rojo como el fuego, parecía un triste recuerdo de ese lejano tiempo y la menor que con sus ojos lograba que más de uno cayera a sus pies, no lograba dejar de temblar.
Katherine era la que guiaba la situación, mientras que su hermana solo corría detrás de ella con la mirada al frente inexpresiva. Sus rodillas parecían estar a punto de colapsar y su respiración mostraba cortarse cada vez más. Solo después de unos metros más, sus piernas la traicionaron y le hicieron la jugada más cruel dejándola de rodillas en el suelo. Sentía tantas cosas y a la vez solo un malestar la agobiaba. La tristeza, que poco a poco se iba agrandando, se juntó con el miedo. Un miedo intenso que jamás en su vida había sentido. En su cabeza solo se repetía la misma imagen una y otra vez: su hermano Harry tirado en el suelo del bosque, mientras que el sonido de los gritos de Katherine la aturdían. Esa imagen la destruía pedazo por pedazo y le quitaba la energía para seguir corriendo.
Katherine, al sentir a su hermana caer, se detuvo y se acercó a ella, sintiendo como un golpe en su corazón al verla en el suelo, derrotada y temblando, su cara hinchada por el rastro de lágrimas y sus ojos verdes llenos de miedo.
_No se movia, Katherine. Harry no se movia, no respira. ¿Él no va a volver, verdad? No como antes. Mi hermano no va a volver y Fred no va a volver. Vamos a morir, como ellos, como todos. - La pelinegra miraba el piso ida, cada palabra era un golpe para las dos.
_Ali, no podemos rendirnos ahora, no cuando podemos cambiarlo. Aún tenemos una última oportunidad. Se puede cambiar, Alison. No te rindas - Katherine se arrodilló junto a su hermana, tomando su rostro y acariciando los recientes rasguños que lo adornaban.
_¿Para qué? ¿Qué caso tiene? Solo habrá más muerte, más pérdida. Todo será igual. Ya no puedo más, no merecemos más sacrificios. Ya perdimos. - Masculló Alison, sintiendo el frío en sus palabras.
_Sé que hemos perdido mucho, Ali, pero también hemos soportado mucho para que esto termine asi, podemos salvarlos a todos, a Harry a Fred a Remus a todos Alison podemos hacerlo. lo haremos Alison, pero solo si no te rindes- decreto mirando a su hermana a lo ojos, esperando que sus palabras la despertarán.
_no necesito más promesas Katherine estoy cansada, solo quiero descansar, no pienso descubrir cuánto mas tengo que sufrir para que este mundo de mierda me deje en paz. Si la única forma de poder estar en paz es estando muerta pues que así sea- exhaló Alison bajando la cabeza, sin esperarse que una fuerza le volteara el rostro sintiendo un ardor intenso que la hizo subir su mirada otra vez, la palma de la pelirroja se encontraba a distancia de su cara, mostrando el golpe que le había propinado a la chica, después de ese golpe vino otro y la mirada enfurecida de su hermana la recibía._que te pa...
