MI REALIDAD

Bajo el atardecer

Cómo de costumbre, caminaba por las calles del centro, iba en busca de materiales para la escuela. En mi mente solo pasaba todo lo que tenía que comprar y la discusión con mi madre por qué debía cuidar de mis hermanos. Al cruzar la calle note que tenía el semáforo en rojo así que, me detuve y a un costado ví mi imagen reflejada en un vidrio; inesperadamente se transformó en otro rostro con otro tipo de ropa, un vestido blanco lleno de sangre. Gire mi cabeza para localizar a la chica que tenía en la mirada, estaba a punto de gritar cuando note que no había ninguna chica a mi lado ni atrás de mi, inmediatamente entre a la tienda a corroborar que esa chica se encontraba ahí. Al entrar lo primero que ví fue un maniquí con un vestido de novia. Fui atendida por una señorita de cabello largo color morado, de ojos cafes y tes clara, su voz era suave y cálida.

- Muy buenas tardes señorita, ¿le puedo ayudar a encontrar el vestido de novia ideal para usted?

Al escuchar su voz mi mirada se desvío instantáneamente.

- Ah... hola... este no... gracias solo entre por curiosidad.

La chica me miraba consternada y yo sentía como mis ojos se mantenían muy abiertos. Decidí salir del edificio no sin antes agradecer la amabilidad de la chica. Seguí caminando y en mi mente solo aparecía la imagen anterior que había presenciado. Llegué a mi destino y comencé a hacer mis compras.

Después de un rato olvide lo sucedido, una ves más iba caminando por las calles y de nuevo me detuve tras cruzar la calle y está ves sentí como me faltaba el aire, y de reojo pude ver de nuevo a esa chica con su vestido pero, está ves no era un reflejo, ella se encontraba cruzando la calle, me miraba con desesperación y súplica, gire mi cabeza para ver si la gente comentaba algo sobre lo que estaba viendo, pero nadie decía nada, de pronto ví a la misma chica de aquella tienda de novias.

- Oye, ¿estás bien? Te noto un tanto palida.

Trate de recuperar el aliento, solo veía su rostro, su voz sonaba muy lejana. Después de unos minutos recupere el aliento y puede emitir palabra.

- Muchas gracias por tu ayuda y, por el agua, la verdad es que sentía que me faltaba el aire y fue de gran ayuda el agua, me llamo Lucy Saens, ¿y tú?

- Un gusto conocerte Lucy, yo me llamo Scarleth Jons, y dime, ¿qué es lo que te ah sucedido? que al encontrarte te veías muy mal.

Dentro de mi mente no podia creer lo que habia visto, y me preguntaba si aquella chica creería lo que me había pasado. Dude mucho en decirle las cosas, sin embargo, algo dentro de mi decía que podía decirle, y comencé a contarle la historia de mi vida.

-Mmm.. ya había escuchado algo parecido antes pero, no eh echo mucho caso, sería interesante investigar más acerca de esto.

-¿Estas segura?, ¿no cres que estoy loca o algo así? Digo puede que sea solo mi imaginación, después de todo soy la única que lo ah visto.
Agache la mirada temiendo que esa chica me tomará como local y llamara a un hospital psiquiátrico.

-A ver Lucy, no eres a la única que le ha pasado, conozco otra persona que también le pasa, pero esa persona es un tanto más lúgubre. De igual forma es buena persona, creo que podría llevarte con ella y podría explicarte más sobre lo que te esta pasando.

-No podía creer que esta chica, Scarleth, estuviera ayudándome con esta cosa. Sus palabras me dieron la seguridad que necesitaba, así que nos dispusimos al encuentro de esta chica.

Llegamos a una casa en forma de cabaña, muy rústica. El olor a madera y olivo eran agradables y tranquilizaban mi cuerpo y mi mente.

-Veo que han logrado llegar, han tardado un poco pero supongo que es normal. Vamos no se queden ahí paradas, pasen y tomen asiento, en un momento comenzaremos.

-¿Comenzar?, ¿que es lo que comenzaremos y quien es ella? y, ¿porque tengo esta sensación de tranquilidad y confianza?

-Lucy, tranquila todo estará bien. Ella no es mala y tampoco te hará daño, es un poco seca pero muy buena en lo que hace.

-En mi cabeza solo se repetía una y otra y otra ves las palabras de Scarleth, hasta que esta persona entró y mi cabeza dejó de repetir las palabras de Scarleth.