Capítulo 4

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Londres, Inglaterra

6 de Diciembre del 2017

POV Poché

Habían pasado ya cinco días desde el accidente que le había quitado la vida a nuestros padres. Eran alrededor de las seis de la mañana, y yo aún no podía conciliar el sueño, y creo que ya no lo haría. Giré mi cuerpo un poco hacia un lado para tener una mejor vista de la persona que estaba junto a mí. Una luz muy tenue alcanzaba a rozar su rostro, haciendo que su cara se viese más pequeña y redonda de lo que ya era. Quería tener esa paz con la que mi hermana dormía en este momento.

Se veía más tranquila de lo que ha estado estas cinco noches en las cuales hemos dormido juntas, porque ninguna de las dos ha sido capaz de descansar bien, hasta la noche anterior que Vale por fin pudo cerrar los ojos desde que tocó la cama. Yo he intentado mantenerme lo más tranquila y firme que he podido frente a todo esto. Especialmente porque debía ser esa roca que nos sostenía a ambas, y no podría permitir que Vale tenga una preocupación más en su vida

<<si no lo hago yo… nadie más lo hará>>.

El día anterior había sido un martirio y el día más intenso para ambas. En este punto, entendíamos a mamá y papá cuando nos hablaban de lo largos y fastidiosos que pueden resultar estos procesos, tanto en lo legal como en lo emocional para las partes involucradas.

Llegó un punto, en el que la pulga y yo perdimos la cuenta de las veces que nos habían hecho “declarar” sobre la relación que teníamos con nuestros padres y las razones por las que ellos habían realizado este viaje de negocios. Estábamos seguras de que algo más estaba pasando pero no nos habían querido decir nada, ni en la estación de policía, ni en el juzgado donde estábamos mirando el testamento y todos los papeles que habían dejado mis padres para nosotras.

Sacudiendo mi cabeza un poco, porque era muy temprano para estar pensando en estas cosas << definitivamente necesitaba mi cafecito con urgencia>>; me levanté con mucho cuidado de la cama, intentando no despertar a mi hermana. Me puse mis pantuflas y me dispuse a caminar hasta el baño para hacer mi rutina de la mañana. Terminé de arreglarme y antes de bajar a la primera planta de mi casa, me acerqué cuidadosamente a la cama para arropar a Vale y asegurarme que estuviese bien.

Cuando la vi completamente profunda, agarré mi bata y mi celular para bajar al primer piso, preparar mi café y el desayuno de ambas <<que esperaba Vale me recibiera, porque no había querido comer mucho desde la noticia>>

Ya en la cocina y con mi cafecito en la mano <<Dios bendiga la cafeína>>, me dispuse a mirar mensajes y llamadas que había tenido en estos días. Como le pedí a Miriam, la mano derecha de mis padres, ella había informado a todos los involucrados con G&G que todas las actividades serían suspendidas hasta nuevo aviso.

Desde ese día empecé a recibir varios mensajes con su “sentido pésame”, pero en el fondo sabía que lo hacían por interés y no porque les importara de verdad <<ya que teníamos información de muchas personas poderosas>> y además en los negocios de mis padres como abogados, había mucho dinero de por medio. Cuando me disponía a preparar algo para desayunar, sonó mi teléfono y la pantalla se alumbró con la llamada de alguien que inconscientemente me sacó una pequeña sonrisa

-Hola? – contesté en el teléfono

-Buen día señorita Garzón, no pensé que contestaría mi llamada – me dijo la mujer al otro lado de la línea

Perfectas &quot;Coincidencias&quot; - CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora