Aroma efímero [Aromas #2]

12 - Solo

F É L I X

El camino se hace corto y silencioso, ella está nerviosa, yo estoy asustado.

Estoy molesto y confundido. No soy violento para nada, así que, aunque me llena de furia el hecho de que él se atreva a decir todas esas mentiras sobre ella, no voy con la intención de golpearlo.

Estaciono mi auto en la calle, no hay casi nadie porque además de que ya es de noche también hace mucho frío.

¿Cuál es la necesidad de estar aquí? Podríamos estar en mi cama, calentitos en todos los sentidos. Estoy cansado del drama, solo quiero disfrutar un poco, ¿acaso es tan difícil?

Ella habla con la recepcionista del hotel, yo solo me mantengo unos pasos por detrás con mi cerebro pensando en todas las posibilidades de lo que puede resultar de esto.

Todas son malas. Me he transformado en un pesimista.

Las puertas del ascensor que está a la izquierda se abren y él está allí.

Luce sonriente y casual, como si no hubiera lanzado una bomba de drama sobre nosotros.

—Val ¿Qué sucede? —pregunta al ver sus ojos aún enrojecidos por el llanto.

—Alegra me dijo —dice ella simplemente.

Los ojos de Tom de inmediato se dirigen a mí, no me muestro molesto, ni amenazante. Solo estoy detrás de ella con las manos en mis bolsillos, mostrando que no pienso involucrarme, solo vine a acompañarla.

—¿Cómo que te lo dijo? —Arruga su frente confundido volviendo sus ojos a ella—: No es como si tú no lo supieras.

—¿Qué quieres conseguir con esto? —lo acusa ella mostrándose firme.

—¿Con qué? —De verdad se ve confundido, sus ojos vuelven a mí y esta vez me habla directamente—: No era mi intención que tú lo supieras, mi hermana se puso algo intensa y solo se lo dije a ella, no quería causar problemas.

—¿De qué hablas? —Valeria pregunta intentando contener su furia, no creo que lo esté logrando así que pongo mis manos en sus hombros para contenerla.

Tom se ve muy confundido, parece estar diciendo la verdad y eso comienza a pesar en mi estómago.

—¿A qué viniste, Valeria? —pregunta ladeando su cabeza.

—¡Estás diciendo mentiras! Tú y yo ni siquiera nos hemos besado y ahora inventas que nos acostamos. No lo entiendo.

—Yo no... —Arruga su frente otra vez, está completamente sacado de onda— ¿Podemos hablar en privado?

—No, habla frente a él —afirma ella con tensión.

—No sé qué pretendes, Valeria. Quieres dejarme a mí como un mentiroso, pero no es así. Yo sé que no es de caballero estar contando esas cosas, y te juro que no se lo he dicho a nadie. Pero Alegra me acusó de meterme entre ustedes y de desleal, y yo solo le dije que me había puesto un poco celoso porque había pasado algo entre nosotros antes. —Sus ojos regresan a mí, parece fastidiado cuando vuelve a reclamar—: No sé para qué lo traes ¿Pretendías que mienta por ti?

Mi estómago se estruja, quiero confiar en ella, pero él es muy convincente.

—¡¿Por qué mientes?! —Valeria levanta un poco la voz— No me gustas, nunca me acostaría contigo. Recuerdo todo lo que pasó esa noche, y estaba muy borracha, apenas podía caminar y tú...

Hace una pausa. Una pausa que me hace dudar aún más.

—Tú ni siquiera estabas allí —completa, pero su voz sale dubitativa.