Me gusta pensar que las casualidades existen.
Siempre me ha parecido más razonable creer que dos personas se encuentran por coincidencia que en el hecho de que alguien, en alguna parte, tenga un libro en el que se encuentra escrita toda mi vida. "Destino", lo llaman. Según ésto, no hago nada porque realmente quiero hacerlo, sino porque estoy "destinado" a ello, a todo, ya sea comerme una tostada a la hora de desayunar, trabajar en una oficina o llevar dos años sin pareja. La verdad es que es una excusa válida para no aceptar que todos los hombres que conozco últimamente son imbéciles.
Pero no, eso no tiene que ver ni con el destino, ni con el universo, ni con nada. Solo conmigo. Todos los chicos con los que me acuesto acaban siendo insoportables y todos los chicos que me gustan, o son heteros o tienen novio. Tampoco es cosa de suerte. Simplemente carezco de la capacidad de elegir bien a los hombres.
Mis amigos dicen que mi "alma gemela" está en alguna parte y que por eso el resto de la humanidad no se compenetra conmigo. Son muy optimistas al respecto. Pero, claro, ¿cómo no vas a serlo cuando tienes una pareja que te adora y haría cualquier cosa por ti? Los odio. A todos. A ellos y a sus novios y novias que no saben lo que es volver de trabajar a las tantas y no tener a nadie que esté esperándote en la cama.
Habitualmente esto no es un problema. Al final uno se acostumbra a estar solo y considera más importante seguir trabajando y tener dinero para pagar el apartamento, la televisión, Internet y el gimnasio al que voy tres veces por semana. Habitualmente no pienso mucho en todo lo anterior, pero a partir de mediados de enero comienza esa época en la que, camines por donde camines, hay un corazón. Y en mi calendario ya han pasado dieciséis días desde que empezó 2020.
Todavía falta un mes para San Valentín y medio mundo ya está celebrándolo. El otro medio está tan amargado como yo. Al menos los memes son divertidos. Le subo el volumen a la música que suena por mis auriculares mientras me muerdo el labio para no echarme a reír a carcajadas en medio del metro. Estoy de pie entre una mujer de mediana edad que se duerme con el contoneo del vagón y un hombre con más pelo en la barbilla que en la cabeza que habla por teléfono con su mujer. Me parece que él también pasará solo el día más romántico del año. Cuando le veo colgar, rabioso, me tiento con la idea de enseñarle el meme que acabo de encontrarme en Instagram, pero quizás me rompa estampe el móvil contra la cabeza y me ha costado muchas horas extra conseguir un iPhone nuevo.
Agacho la cabeza como si no hubiera oído su discusión y sigo vagando por la aplicación. Paso rápidamente las fotos de parejas "couple goals" y me detengo en las que me hacen reír, en los vídeos de recetas de cocina y en los de gente maquillándose como personajes de película. Impresionante. Sigo subiendo el dedo por la pantalla cada vez que acaba uno para ver el siguiente durante todo el camino. Lo único que me molesta es que aparezcan anuncios entre las publicaciones, pero no es nada que no pueda pasar con el pulgar.
Cuando levanto la cabeza después de un buen rato, veo que faltan un par de minutos para mi llegada a Wangsimni. Suficiente para otro video. Bajo la cabeza y deslizo el dedo por la pantalla.
—Otro anuncio, ¿en serio? —mascullo por debajo de la música. Y encima es un anuncio de San Valentín.
«Tu ángel de San Valentín está esperándote»
Pues que se siente, porque voy a tardar.
Lo paso para ver cómo una chica se convierte en Iron Man usando solo maquillaje. En cuanto ella acaba, el metro se detiene. Suelto la barra a la que me sujetaba y salgo detrás del hombre sin pelo, con el móvil en el bolsillo del abrigo. Sam Smith me canta al oído mientras camino sin prisa hacia el siguiente metro que debo tomar para llegar al trabajo.
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Un deseo por San Valentín [EunHae +18]
Fanfiction«Tu ángel de San Valentín está esperándote» Donghae no cree en el destino, ni en la magia, ni en las almas gemelas. Donghae solo cree en las casualidades y en el guapo y simpático peliblanco que se muda al apartamento de al lado un mes antes de San...