Ahora fuera de joda.
Es genial que nadie aquí sepa quién verga soy o de dónde soy o qué soy, eso es en verdad genial.
Ya que ésta vaina es mía y puedo hacer lo que quiera en ella voy a intentar expresar lo que siento aquí, por primera vez desde que inició.
Algo en lo que nunca me había detenido a pensar hasta hace unos días.
Cosas que a nadie le importan y por esa razón las escribo aquí, si nadie lo lee al menos me descargaré de alguna manera.
Mi autoestima
Desde los inicios de mi adolescencia, al igual que la mayoría de las personas, mi autoestima comenzó a bajar cada que notaba mi cuerpo cambiar, eran cosas por las que nunca nadie me criticó, nunca en mi vida he escuchado salir de la boca de alguien cercano o lejano a mí que soy gorda o fea.
Sin embargo, esa no fué razón para que yo no me despreciara a mí misma. Cada que me miraba(miro)al espejo, cuando utilizo traje de baño, cuando me pongo maquillaje, cuando alguien me dice que estoy linda.
Por más que lo intento no lo logro, no me gusta lo que veo, simplemente no me siento suficiente y la verdad no sé para qué.
Mi auto desprecio
¿Qué decir?
Me odio. Tanto mi físico como mi personalidad.
Soy una mierda con todos.
Mi mamá. Una mujer a la cual la palabra buena le queda pequeña. Desperdició toda su juventud en mí, me crío me educó me dió todo lo que un niño necesita, amor, atención, etc. Pero yo no soy más que una malagradecida, se parte el lomo trabajando para pagar el colegio privado mientras que yo me doy el lujo de salir mal en mis evaluaciones. Y aún así, ella lo comprende y no me reclama.
Mi papá. El hombre más noble que he conocido. Casi nunca está en casa, pero eso no quita que sea un buen padre, debo ser una gran decepción para él.
Porque, ¿Qué he hecho para que se sientan orgullosos de mí?
Odio que no puedo mantener una amistad. Soy tan insegura e inestable que termino tratando mal a las personas que se preocupan por mí y éstas se terminan alejando de mí.
Odio ser como soy.
He dejado pasar oportunidades por el simple hecho de que no me sentía lo suficientemente buena.
He abandonado la música. He abandonado la lectura. He abandonado a mi yo que era felíz, mi yo a la que no le costaba estudiar, la que no pensaba tanto en sí misma y era simple y completamente felíz.
Tanto, tanto me han dado, yo no merezco nada, no merezco a mi mamá, ni la vida tan tranquila que tengo.
Mis mentiras a mí misma
Desde hace mucho me dan ataques de ansiedad, no los puedo controlar, me dan en cualquier momento y en cualquier lugar.
Pero luego soy felíz, río, como lo hice hoy, bromeo y hablo con todos de lo que sea.
Entonces pienso, pienso mucho y luego me digo a mi misma que no soy más que una dramática.
Tengo 16 años, tengo un techo donde vivir, comida en mi mesa todos los días, una madre que me ama y un padre que me compra todo lo que necesito y lo que no necesito también.
Entonces, ¿Cuál sería la razón de mi depresión?
Exacto, ninguna.
No tengo razones para decir que estoy deprimida, o que estoy sufriendo.
No tengo excusa para decir por qué voy mal en el colegio, por qué odio mi reflejo, por qué trato mal a mis amigos.
Si no el simple hecho de que no soy una buena persona.
Todas éstas son las razones por las que me desprecio y creo que nunca voy a lograr verme a mí misma como una buena persona merecedora de todo lo bueno que le pasa.