Layla y Majnún (adaptación)

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LA HISTORIA DE LAYLA Y MAJNÚN

(Nizami, poeta persa - 1140-1203)

El amor, si no es verdadero,
no es más que un juguete de los sentidos, 

que dura tan poco como la juventud.

El tiempo es perecedero, el amor no.
El brasero de carbón en el que arde es la eternidad misma,

sin comienzo ni fin.

Nizami: Layla y Majnún.

Nizami. Tapiz en un museo en Ganja, Azerbaijan

Los orígenes de la historia de Layla y Majnún se remontan a las traciciones populares de los desiertos árabes. Según la leyenda, hacia el S. VIII, vivió en Arabia un poeta beduino llamado Qais Keis que dio fama con sus versos enamorados a una hermosa joven llamada Layla. La obcecación de sus amores y sus correspondientes desventuras - por la oposición de sus familias, ambas rivales - le valieron el sobrenombre de Majnún, que significa loco o poseído por los djinns (demonios).

Bajo la influencia persa, la leyenda de Layla y Majnún inspiró numerosas versiones a través del mundo musulmán llegando hasta Occidente.

Es una obra de clara inspiración sufí, una alegoría de la relación mística entre el hombre y Dios, a través de un simbolismo erótico que expresa una "mística nupcial". en efecto, Layla, que significa "noche" en árabe, encarna la "tiniebla más luminosa de la luz" de la esencia divina, reflejada en la belleza de la mujer, por la que suspira el amor del buscador místico simbolizado en Majnún, nombre que significa "loco", que encarna al "loco de Dios", al místico arrebatado por la belleza de la faz divina. Los amores entre Laya y Majnún, expresan una concepción platónica del amor, fundamento de la mística sufí musulmana y de otros fenómenos culturales como el de los trovadores franceses.

Arte popular de Azerbaijani basado en Layla y Majnun de Nizami.

EL LAMENTO DE MAJNÚN.


Soy tuyo, por muy lejos que estés de mi.

Tu pena, cuando sufres, me da pesar a mí.

No hay soplo de viento que no me traiga tu perfume.

No hay pájaro canoro que no pronuncie tu nombre.


Cada recuerdo que ha dejado su huella en mi, 

permanece enteramente como si fuera parte de mí.

No te demores, no sea que me encuentres muerto.

Atrapada por el lobo, la oveja oye demasiado tarde 

cómo la flauta del pastor llora por su cruel destino.


Abrasándome de sed, busco en vano en el cielo 

la nube que traiga la salvadora lluvia.

Me atormentas cruelmente, 

pero mientras viva tu belleza 

me hace amarte y perdonar.


Yo soy el candil, tú eres el sol; 

tu poder triunfa de mi luz declinante.

El fuego tiene envidia del resplandor de tus ojos; 

los tulipanes y las rocas se marchitan al verte.

¿Separarnos? ¡Nunca! 

De rodillas te profeso amor y devoción, 

fiel hasta la muerte.

Atormentado, soporto tus golpes con resignación; 

tuya, si muero, será la sangre que corra.


¿Quién soy yo, tan lejos de ti y sin embargo tan cerca?

Un mendigo que canta. Layla ¿me oyes?


Libre del trabajo arduo de la vida, 

mi soledad, mi pena y mi aflicción son para mí felicidad.

Y, sediento, en la corriente del dolor me ahogo.

Hijo del sol, padezco hambre por la noche.

Aunque separadas, nuestras dos almas amantes se unen, 

pues la mía es toda tuya y la tuya es mía.


Dos enigmas somos para el mundo, 

uno responde al hondo lamento del otro.

Pero, si nuestra separación nos divide en dos, 

una luz radiante nos envuelve en común, 

como procedentes de otro mundo.

Lo que allí es uno, aquí está separado.


No obstante, si bien los cuerpos se separan, 

las almas libremente vagan y se comunican.

Yo viviré para siempre: 

compartiendo tu vida por toda la eternidad, 

yo viviré si tú permaneces contigo.


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⏰ Última actualización: Feb 12, 2020 ⏰

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