2.- carta 465

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¡Paper, Paper!

Tengo tanto que contarte, ya... no te hagas el ofendido ¿No estás feliz por mi?

Nunca más, no lo hare de nuevo yo prome... sabes no te prometeré cosas. Puede que no cumpla y últimamente eres alguien importante para mí como para fallarte.

Ya sabes la mayoría de la gente no cumple sus promesas. Trataré de escribir más seguido. Si creo que se entiende lo que quiero decir.

No sé por dónde empezar asique comenzare por lo primero que se me venga a la mente.

Martin y yo nos hemos vuelto tan inseparables, que es una pena cuando la enfermera se lo lleva a la hora de dormir. Vuelvo a sentirme sola y lloró. Hace tiempo deje de hacerlo no sé qué es lo que cambio, me asusta Paper.

Así como lloro también rio de día. ¿Te imaginas yo riéndome? Se me había olvidado mi risa, ya no recordaba como sonaba y no hablo de la de mentiras, hablo de la real.

¿Te das cuenta porque no hablaba contigo? ¿Cómo es posible que ese mudito me haga reír? O como lo llamo en mi mente ahora, Tijeras. Ya si es muy original ¿No? Bueno me da igual lo que pienses, a mi me gusta, Tijeras.

 Tijeras... Tijeras ¿A qué te mueres saber por qué? Está bien te diré buen amigo. ¿Viste alguna vez el joven manos de tijeras? Pues yo sí. Y me recuerda a él. Es tan inofensivo, asustadizo e ignorante que no logro congeniar que hace aquí... con gente enferma como nosotros.

Aun no habla, comienzo a pensar que tampoco lo hará y no lo culpo. ¡Ha sí! Que tonta, es mudo por elección, no tiene ningún impedimento biológico. Es su modo de escape, me recuerda al bulímico que era mi vecino, el vomitaba porque lo hirieron con palabras.

Creo que ese es el dolor que más tarda en sanar. Aun escucho los insultos en mi cabeza Paper y si cierro los ojos y me concentro los golpes. Pero el dolor de las palabras viene tan pronto el recuerdo asoma y no se van ¿Por qué Paper?

Una palabra, solo di una palabra y cagaras de por vida a alguien, la prueba está en todos nosotros.

¿Te acuerdas cuando entraron los jóvenes universitarios a jugarnos una broma? Ayer y hoy lo he recordado bastante, una princesa trato mal a otra y por desgracia la escuche.

Lo peor es que no fui solo yo Paper, sino que varios más. Entonces comenzó el caos... corrieron, gritaron, lloraron, buscaban cosas para lastimarse e incluso vi tirándose a algunos de los cabellos.

Los enfermeros y paramédicos corrían por todo el hall controlándolos, poco podían hacer... habían prendido nuestro detonante como aquella vez que simplemente vinieron a "jugar"

Sé que tienes curiosidad de saber que fue lo que hice esta vez y te sorprenderás cuando te cuente.

Me escondí. Así de sencillo, no me aproveche de las circunstancias, simplemente me escondí y lloré.

"- Ven a mi perra- escuche su voz cada vez más cerca - ¡Te he encontrado puta!

Me jalo, me había encontrado debajo de mi cama y yo había procurado no respirar. Me tomo del brazo y me lanzo ahí mismo. Me pego por desobedecerle y me llamo cerda por ser gorda. Aun así recorrió todo mi cuerpo con su asquerosa lengua y manos. Me insulto en cada embestida contra mi pelvis y me amordazó para no gritar..."

Paper, ella dijo un insulto que salía de su boca a menudo. Ella me hizo acordarme de él, ella me quebró con esas palabras que no repitiere porque sé que no soy fuerte.

Esta vez no me fue a buscar ningún paramédico o enfermera, fue Martin ¡Martin Paper! Me encontró hecha ovillo con los ojos cerrados en el armario de toallas mientras murmuraba "nunca más" Una y otra vez. Me miro preocupado y me saco de ahí.

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