5.-La princesa rota

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"La princesa rota" fue hallada por la enfermera Alejandra a mitad de la noche gritando.


Aquella mujer se había encariñado tanto con la pareja que siempre los ayudo junto con su hermana la psicóloga Sara. Ambas decidieron ir a trabajar a un lugar donde ellas podían hacer la diferencia, donde ellas podían comprender, porque ellas de alguna u otra forma sufrieron como todos los jóvenes del recinto, encontraron su luz y no se alejaron de ella, aferrándose con todo lo que tenían.


Alejandra caminaba intranquila en su cuarto, Aun todo era fantasioso, se habían llevado al pequeño Martin a otro centro de ayuda adolescente. Las pruebas lo incriminaban de todo el incendio, pero ella sabía que era mentira, aquellos jóvenes vivían en su propia burbuja, se querían se necesitaba, no existía nada más para ellos que no fuera el otro.


Desesperada salió en busca de la princesa rota, había quedado tan mal con la partida de su otra mitad, grito, comenzó a rascuñarse, a tirarse el pelo una escena horrible para todos los presentes.


 Que aunque nadie entendía cómo podía congeniar una habladora con un modo. Una sádica con un temeroso, una corredora con un invalido, ellos lo hicieron posible.


Aun se escuchaban sus gemidos de dolor, de llanto al otro lado de la puerta, que descorazonada abrió la puerta.


La princesa rota  estaba hecha un ovillo alado de su cama, el camisón blanco ya no lo era, estaba cubierta de sangre y cortado en su mayoría al igual que su pelo que antes era una gran melena que llegaba más debajo de sus caderas.

Se acerco con cautela. Tenía los ojos abiertos mas estaba ida y sobre su pecho aferraba como si su vida dependiera de ello, su cuaderno de terapia, su querido Paper. Sin que se diera cuenta la pudo observar detenidamente, su rostro estaba lleno de cortes al igual que sus brazos, piernas, tórax pechos, todas las partes de su cuerpo que estaban a su alcance estaban de la misma forma, no dejaban de sangrar.


Alejandra asustada se levanto y lo que vio en el suelo la alerto más. Pelo, tela, sangre y vomito por todo el cuarto. Sufría, la princesa rota sufría como nunca nadie en ese lugar.


Salió en busca de su hermana y con ella llamaron al resto del personal de salud, aquel personal con él que ella podía confiar.


Se acerco a la princesa rota con más cautela al entrar sin embargo ella seguía perdida en sus pensamientos, ida repitiendo una y otra vez "También te amo" por lo que solo reacciono cuando Alejandra la tomo del brazo.


– ¡NO! – Grito escondiéndose debajo de la cama – ¡NO! ¡Déjenme en paz! ¡Martin! ¡Martin!- lloraba y gemía debajo de esta


–Nuestro turno – dijeron los paramédicos hombres.


Con gritos y lágrimas de parte de ella la sacaron, logrando acostarla en su cama inmaculada. La sedaron y amarraron a está dejándole a Alejandra la tarea de curar una a una sus heridas. Mientras los demás buscaban esperadamente el arma que había utilizado para dañarse.


–Sueña con tu príncipe – le dijo Alejandra en su último deje de conciencia.


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