Capítulo 1 Recuerdos.

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Naruto, su universo y personajes son propiedad de Kishimoto.

Fanfic sin fines de lucro.

El distrito Aburame es un barrio tranquilo, donde las casas tienen mucho espacio entre si y en su mayoría son plantas de dos pisos llenas de ventanales, con patios enormes, verde pasto y decoraciones al gusto de cada familia, Al fondo del barrio se puede notar un hermoso lago que pinta entre azul y verdoso, detrás el inicio de un espeso bosque y uno de los límites de la aldea.

Un barrio diseñado para la comodidad de los Aburame y sus pequeños huéspedes. Hermoso, pensaba Hinata, claro que a ella todo le parecía hermoso. Solitario, imagina Kiba muy cercano a la realidad, y este tenía sus razones, pues ese bonito y pintoresco barrio constaba de unas máximo diez casas grandes habitadas, el clan Aburame es ciertamente pequeño, nada comparado con el Inuzuka así que no podía más que sentirse incómodo cada vez que decidían reunirse en casa de Shino, y debía pasar por aquel desolado e impecable barrio sin escuchar la risa de alguna manada de niños, llantos de bebés, mujeres gritando, perros ladrando, el barullo acostumbrado en su distrito. Algo similar ocurría con el Hyuga, aunque ese si parecía llevarlo todo al extremo. Kiba suspiro abnegado aún no se acostumbraba del todo a su dinámica de equipo.

La madre de Shino, Shaiko, una hermosa morena de mediana estatura, cabello rebelde recogido en una floja y descuidada coleta, piel pálida, olor a rosas y delantal azul, los hizo pasar rápidamente como si ya los estuviera esperando.

Su hijo había sido asignado a un equipo Genin hace poco, a decir verdad, no podía más que sentirse preocupada, no tenía la facilidad que poseían otras madres para aceptar aquella situación pues se mantuvo muy lejos del mundo ninja hasta que se casó con Shibi, pero como buena madre amorosa de sus dos guerreros y por su orgullo de ama de casa, no le restaban ganas a la hora de recibir con su mejor rostro a los compañeros de sus hijos.

-Él está cambiándose ahora mismo- atinó a decir sabiendo que probablemente su pequeño estaba preparando el enjambre de Kikaichu que llevaría hoy entre las ropas, con un gesto les indicó el sofá en la sala, como siempre el Inuzuka se lanzaba en lleno pidiendo a su peludo compañero que se mantuviese alejado de los muebles debido al pelaje entre tanto la pequeña Hyuga observaba con añoranza una silla de madera en la esquina, titubeaba un poco mientras boqueaba lo que Shaiko aprendió con el tiempo a interpretar como un agradecimiento. - ¿galletas? - ofreció desde la cocina, y entonces se repitió la escena, la Hyuga balbuceaba alguna cosa con su tierna vocecita aun buscando un pequeñísimo lugar en el sofá para acomodarse recatadamente mientras Kiba agradecía de antemano enérgicamente.

Sabía por su esposo que esa extraña mezcla se convertiría luego en un eficiente equipo de rastreo, justo como lo fue el en su época Genin y al inicio de la Jounin, pero no podía más que sentir incredulidad al compararlos a los tres. Pero bueno. Ella no es un ninja ni tenía el derecho de cuestionar esas cosas. Fue a ofrecerles el plato de galletas en lo que su adorable hijo menor bajaba las escaleras.

Shaiko vio a su hijo irse junto a sus tres compañeros luego de una "extraña charla" sobre la repartición del dinero ganado en su primera semana Genin, Hinata apenas hacia sonidos mientras Kiba se quejaba diciendo que aquellas monedas les alcanzaría al menos para una barra de chocolate, luego el revoltoso castaño planteó la idea de dividir las pastillas de chocolate entre los tres, Akamaru lo apoyo en un fuerte ladrido de aprobación, fue su hijo quien sugirió simplemente guardar lo ganado y empezar a ahorrar, Kiba no se sentía convencido, mas luego de un murmullo de aprobación por parte de la Hyuga, todo fue decidido y los tres partieron al entrenamiento con Kurenai.

Ella mientras tanto no podía más que llenarse de orgullo; su hijo sabía tomar con naturalidad las riendas de un líder ¡y se parecía tanto a su padre! Sonrió para sí misma mientras empezaba la rutinaria tarea de cortar verduras.

Corazón Aburame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora