Princeton

1.9K 143 7
                                    


Lauren's Pov

El sonido de los alumnos al hablar de golpe inundó el aula y me levanté al mismo tiempo que Vero. Ya llevábamos casi tres semanas en la Universidad y era totalmente algo increíble, jamás me iba a arrepentir de escoger literatura, estaba segura de que era la carrera que quería hacer desde siempre.

-¿Vienes? Tengo que comprar unos documentos en copistería. - Le dije a Vero.

-No, tengo que ir urgentemente al baño, adelántate y ahora te alcanzo. - No me dio tiempo ni a despedirme de ella, pues ya estaba a 20 metros de distancia de donde yo me encontraba.

Negué con la cabeza y comencé a caminar en dirección a la copistería. Mi hermana Taylor, tan solo se había ido hacía 5 días y ya la echaba de menos. En ocasiones resultaba insoportable, pero otras veces su inagotable energía me venían muy bien y por qué no decirlo, la quería demasiado. Suspiré, al menos me había dejado como recuerdo su huella en mi habitación, estaba todo colocado a su gusto y eso me recordaba a ella constantemente y también me sentía un poco más cerca de mi familia.

Había sido difícil separarme de mis padres también, pero este había sido mi sueño desde siempre, ir a la mejor Universidad, y aquí estaba, comprando documentos para una de mis asignaturas.

Era un verdadero incordio tener que pasar por la cafetería atestada de estudiantes al salir de copistería, pero necesario para llegar al aula dónde me tocaba clase. La verdad es que el arquitecto, se las podría haber ingeniado mejor a la hora de proyectar el edificio. Lo de menos era pasar por la cafetería, lo que más me molestaba eran las miradas de todas y cada una de las chicas que se sentaban en las mesas. Como siempre me hacían sentir incómoda y no encontraba otra cosa mejor que hacer más que morderme la lengua hasta el punto de hacerme verdaderamente daño.

Miré en un movimiento involuntario, respondiendo a las miradas de una de las mesas de las izquierda sin parar de caminar. Eran dos chicas rubias, y me sonreían seductoramente. ¡Puaj! Retiré la mirada rápidamente como pude, desviándola hasta otro punto, no queriendo que ellas juzgaran mis actos a favor de ellas, pero tuve que frenarme en seco, notando como el corazón comenzaba a latirme fuertemente, amenazando con salirme por la boca, un segundo antes de notar un fuerte golpe en el brazo. Me giré a regañadientes de inmediato, solo por educación, con el corazón latiéndome al menos a 300 pulsaciones por minuto, por la anterior sorpresa. Una chica se había chocado conmigo, al detener mi paso tan abruptamente.

-Lo siento.- Me disculpé girando mi cuello en dirección a la persona que había robado mi atención antes del golpe.

-N-no p-p-pasa nada. - Dijo la chica sonrojada y sin apartar la vista de mi rostro, haciéndome sentir incómoda una vez más, fruncí el ceño por eso.

-Tendré más cuidado la próxima vez. - Respondí en tono de despedida, en un intento de que ella se fuera y desapareciera, pero ahí seguía, mirándome sin parpadear y abriendo la boca, en repetidas ocasiones, sin emitir ningún sonido. - ¿Necesitas algo?- Sabía que había sonado descortés pero quería volver a girarme para cerciorarme de lo que creía que había visto antes.

-O-oh, n-no, no, no. ¡Adiós! - Y así como dijo adiós desapareció entre la gente.

Giré el cuello, buscándola de nuevo con la mirada, era prácticamente imposible. Se llevó la taza de café a los labios y pegó un sorbo, el corazón comenzó a latirme más rápido.

Verdades Ocultas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora