Viernes y lo primero que vi en cuanto entré al trabajo fue a Cait haciendo un ave de papel, parecía frustrada, su ceño estaba casi junto, su mandíbula apretada y cada vez que doblaba el papel, soltaba un gruñido.
—¿Estás bien?— Pregunté y me recargué en el marco de la puerta, ella me miró y sus ojos no parecían pacíficos, esta vez podía notar como la frustración emanaba de ellos.
—¿Parece que estoy bien?—Su voz sonaba rígida y fuerte, nada perecido a las otras veces, mis cejas cafés se alzaron por sorpresa, ella pareció notar que fue algo brusca porque carraspeó un poco antes de volver a hablar—Discúlpame— Apartó la mirada y tomó aire varias veces— Respondiendo a tu pregunta, no, no estoy bien. Mi profesor de matemáticas quiere que haga una ecuación que, francamente, me parece de los más complicada. Llevo horas intentándolo, pero no puedo.
La repasé con la mirada, sus trenzas estaban desarmadas y unas ojeras se asentaban bajo sus lindos ojos, en los cuales no encontraba ni un poco de esperanza.
—Tienes suerte que yo sea bueno con las ecuaciones— Dije antes de acomodar mis cosas en mi asiento y acercarme a ella.
No se veía tan difícil y parecía algo que podría hacer, entonces, agarré el lápiz que ella ya tenía en su mano y sin querer rocé sus dedos, su piel era muy suave y cálida, algo que me descolocó, me puse algo nervioso y traté de verme normal.
Escribí algunos números en la hoja y ya cuando creí que estaba listo se lo entregué, ella lo inspeccionó y su rostro dejó de estar tan tenso.
Nunca había estado tan cerca de ella, a causa de eso, un olor a vainilla llegó a mi nariz, ella olía a cupcake ¿Eso era posible?
—¿Cómo lo hiciste?— Levantó la mirada y sus ojos estaban llenos de admiración, recorrí su rostro lentamente y me percaté de que unas tiernas pecas adornaban su nariz y mejillas. Ella era muy bonita.
—A veces las preguntas son complicadas y las respuestas son simples— Inconscientemente sonreí, algo que jamás había hecho frente a ella.
—Deberías sonreír más a menudo— Habló cuando dirigió su mirada a mis curvados labios, instintivamente los transformé en una línea recta de nuevo y me alejé de ella, tanto que ya no podía sentir su olor, pero este ya había impregnado mi mente y no lo podía sacar— Me gusta.
Y con eso le di la espalda para ir a ponerme el uniforme, mis labios se volvieron a curvar sin que pudiera evitarlo, y el hecho de que podía sentir su mirada en mi espalda tampoco ayudaba.
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Ave de Papel
Romance"¿Puede alguien ponerle color a tu aburrida y monótona vida?" No es tan largo. Es para un concurso. No olviden votar y comentar. Espero que les guste❤️