Final

20.8K 1.4K 6.2K
                                    

Permanecer en un cuarto de hospital, casi inmovilizado, mientras su hija recién nacida se encontraba en manos de unos hijos de puta y su alfa se hallaba volando hacia otro país, era el mismísimo infierno para JiSung.

Todo su ser dolía, tanto física como emocionalmente. Estaba devastado como nunca antes en su vida lo había estado. Le habían dado justo en sus puntos más débiles, casi asesinándolo. Sin su beba y sin su alfa, JiSung no quería seguir viviendo. Sin embargo, confiaba en MinHo, confiaba en que ambos regresarían a su lado.

Pero, ¿cuánto tiempo más tendría que soportar? Porque sentía como si lentamente estuviese agonizando. Y lo estaba. JiSung se encontraba sumergido en un estado de completa tristeza, debilitado a más no poder, apenas pudiendo respirar.

No quería comer, no quería hablar, no quería moverse. No quería nada. Ni siquiera la presencia de Felix le animaba, quien no se había movido de su lado desde que MinHo se había marchado. El rubio apenas le hablaba a su amigo para pedirle ayuda cuando sentía ya muchas ganas de ir al baño. Y sólo eso.

Luego regresaba a la camilla con su ayuda, se acomodaba, abrazaba una almohada que le había pedido a MinHo que marcara con su olor y volvía a su rutina de llorar hasta caer rendido por el sueño.

Pero todo empeoró al día siguiente. 

JiSung se despertó de golpe, sintiendo un gran escozor en la marca de su cuello. Todo su sistema se alertó, y al instante se desesperó.

MinHo.

El omega cerró sus ojos con fuerza, permitiendo que los sentimientos de su alfa lo dominaran completamente.

Miedo. Angustia. Impotencia. Dolor. 

JiSung rompió en llanto, sufriendo por una interminable hora aquellos sentimientos que no le pertenecían. Tuvo la certeza de que nada estaba saliendo como MinHo lo había planificado. JiSung sentía en su pecho que el plan había fallado y su alfa estaba sufriendo las consecuencias.

Y luego, de repente, dejó de sentir. En su ser ya no habitaba ningún sentimiento ajeno; ningún sentimiento de su alfa. Era como si hubiese perdido la conexión con MinHo, como si el lazo hubiese perdido su poder.

El frío lo invadió de pronto, y JiSung soltó el grito más desgarrador de su vida, llorando muy ruidosa y desesperadamente. Apenas sentía la presencia de Felix y de varias enfermeras, mientras el sufrimiento lo azotaba sin piedad, aniquilando con su última chispa de esperanza.

En medio de sus incontrolables alaridos, JiSung sintió un pinchazo en su brazo. Y al mirar con temor aquellos preocupados ojos de su mejor amigo, entendió que lo habían sedado.

Su dolor haría una pausa.

JiSung cayó dormido, deshecho en lágrimas, luego de susurrar hasta el último segundo el nombre de su alfa. Un alfa que, tal parecía, ya había iniciado su partida.

Y despertó sudando, inhalando aire con fuerza por la exaltación que le había dado aquella pesadilla. Temblando de frío y respirando con irregularidad, JiSung se incorporó en las penumbras, ahogando un gemido cuando sintió una punzada de dolor en su abdomen bajo. El desespero lo atacó al percatarse de que su enorme panza ya no estaba, y lo que fue peor, aquella no era la habitación que compartía con su alfa.

Tardó sólo segundos en comprender que su pesadilla no había sido una pesadilla. Las lágrimas no demoraron en marcar presencia de nuevo. Su bebé no estaba, su alfa no estaba, ¿qué más quedaba?    

Se levantó de la camilla, jadeando, y, debilitado, se tambaleó hacia el baño de aquella habitación, encerrándose dentro. Allí rompió en un lastimero llanto, con sus dedos enterrándose entre sus cabellos, sujetándolos con fuerza, pretendiendo arrancárselos, mientras sus espalda se recargaba en la puerta cerrada.  

❝Sublime Dominación.❞『• MinSung •』 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora