— De verdad eres estúpido, Kai. Tú primer día, tu primer encuentro con el nuevo profesor de curso y terminas arruinándolo.
— ¿Verdad que es guapo? -la ridícula sonrisa y los ojos abiertos de par en par lo hacían lucir verdaderamente estúpido. Justo como lo acababan de llamar.
Su mejor amigo y él se habian conocido unos años antes y el que este fuera un año mayor no les había impedido llevarse magníficamente bien. Y seguir siendo los mejores amigos luego de este tiempo, demostraban que eran sinceros, confidentes, un poco tontos y que sus personalidades encajaban a la perfección entre ellos.
— ¿Sólo eso te importa?
— ¿No lo es? - preguntó nuevamente.
— No he dicho eso, pero..
— Lo es, ¿cierto?
Su mejor amigo suspiró frustrado.
— Sí. Lo es. Es muy guapo, Kai. -admitió sinceremante luego de verlo a la hora de salida cuando fue a reunirse con el menor y enseguida lo apuntó con el dedo índice para advertirle. — Pero deja de pensar en eso, concentrate en este maldito curso y estudia mucho. La universidad no es tan fácil como seguro lo imaginarás.
El moreno sonrió y le regaló un guiño. — Seguro que lo es, deja de preocuparte. Sobre todo si todos los profesores son así de guapos como él.
Luego de ducharse, vestirse y arregarse, salió de su habitación. Miró el reloj en su muñeca izquierda y sonrió complacido. Era buena hora y tenía tiempo para comer algo ligero antes de salir de casa.
Caminó directamente hacia la cocina y encendió la luz al entrar en ella.
— ¡Carajo, Junmyeon! - gritó al ver a su hermano al instante. — ¿Qué haces a oscuras?
El contrario lo miró con desagrado.
— Preparo mi café. ¿No puedo?Se Hun bufó cómicamente pasando por su lado. Abrió el refrigerador, buscó en él y sacó sus frutas favoritas. — También es tu casa, asi que puedes hacer lo que quieras. Pero enciende la maldita luz.
— ¿No dormiste bien?
— Dormí bien. - Tomó un topper, metiendo algunas uvas verdes y fresas en él.
— ¿Que tal las clases? Ya pasó una semana.
Se Hun asintió guardando de nuevo el resto de las frutas. Puso la tapa sobre el contenedor y ejerciendo fuerza lo cerró.
— Son una mierda.
— Se Hun... - el tono usado en su nombre le indicó una advertencia. A Jun Myeon no le gustaban las malas palabras.
Se Hun exhaló cansino. — Está bien, los chicos son buenos y estudian duro. Unos más que otros, pero todos lo hacen. Aún así las clases no dejan de ser una mierda.
— Entonces... ¿Te está gustando dar clases?- Jun Myeon preguntó como si no escuchara lo último. — Sabes que ahora mismo nos vendría bien un profesor de matemáticas para los de nuevo ingreso.
— No. Ni lo pienses siquiera. - aclaró el menor— Es mi último año y necesito estudiar. También necesito ir a todas las fiestas que sean posibles y meterme en uno que otro lío por ahí.
Jun Myeon lo miró con un poco de temor por sus palabras. — Pero...
— He dicho que no. - contestó Se Hun mirándolo fijo. — Accedí a ayudarte esta vez porque en verdad necesitas de alguien para asistir el curso, solo por eso. No te confundas, hermano.
Jun Myeon calló tomando una taza sirviendo el café. Se Hun continuó mirándolo, esperando por más, pero no hubo nada.
Encendió nuevamente la pantalla de su celular. En pocos minutos empezaba la clase y aún no llegaba. ¿Porqué tardaba tanto? Comenzaba a desesperarse y la chica intentando coquetear con él no lo hacía sentirse mejor.
De reojo logró ver el auto blanco, su estómago revoloteó y él instantáneamente se desesperó. Contó mentalmente hasta que apareció en su radar visual y su cuerpo se emocionó. Inconciente una sonrisa vino a su rostro, haciéndole imposible alejar su vista del recién llegado. La chica seguía hablando, pero no le importaba. Oh Se Hun estaba ahí y era lo que realmente le importaba.
— Hola, Kim. Buenos días. - saludó serio. Sacando la mano derecha de su bolso. — Señorita, debería dejar de intentar llamar la atención. Eso puede esperar para cuando termine la clase, ¿No es así, Kim?
— Realmente no estoy interesado, lo siento. - respondió mirando ahora con pena a la chica. — Lo siento.
La joven se alejó avergonzada. Una sonrisa de medio lado apareció en la boca del mayor.
— La acaba de rechazar, Kim.
Jong In rascó con desgana su cabeza. — Si. Pero, la verdas es que no estoy interesado en las chicas. - dijo levantando los hombros restandole importancia a lo que había pasado.
Se Hun levantó en un arco perfecto la ceja izquierda sin quitar su mirada del moreno. Rió bajito y con coquetería.
— Eso es mejor. - levantó su mano con una pequeña uva en sus dedos y la acercó a la boca del menor. Jong In sorprendido entreabrió los labios y la aceptó. Se Hun rozó acariciando aquella suave piel. — Mucho mejor.