Prólogo

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Dicen que no hay vida después de la muerte y claro que la hay, yo mori dos veces, la primera fue en un año nuevo en el cual todavía era un niño y aún así quede con una leve cicatres la cual intente tapar con un tatuaje

La segunda vez, fue en una casa, la cual yo mismo encendí en llamas, después de eso pase más de tres mese en coma, pero ahora sigo aquí, vivo y con ganas de vivir

- por eso y mucho más me gustaría agradecer al Señor Itachi Uchiha el cual estuvo allí el día de incendio y salvo mi vida y también me apoyo en estos últimos meses de terapia por lo cual hoy es oficialmente nuestra última seción

Todos alsamos nuestras copas en un brindis y pues, era cierto, después de despertar tuve que hacer una rehabilitación y seguido de ello seguí con mi terapia fueron otros seis meses los cuales acaban hoy, en la misma clínica la que ahora se prestaba como centro de esta inusual despedida y con todos sus trabajadores y mi familia como los invitados

- felicidades a ti Deidara, por llegar hasta aquí

Sasuke y Naruto se me acercaron para felicitarme, estaba de la mano y lucían bastante felices, a pesar de todavía no ser una pareja formal actuaban como una y mi madre por fin lo había aceptado

La celebración continuó aunque aún sentía algo que me atormentaba, cada vez que acariciaba esa cicatriz en mi rostro que por suerte podía tapar con cabello

En el fondo sentía que Sasori no estuviera aquí, a fin de cuentas el había sido un leal compañero que me había acompañado durante años

- todo bien por acá?

Volte sobre mis talones y sonreí de manera calida al ver a Itachi con dos vasos

- si, todo bien... Y esto? Acabamos de brindar

- si, pero ahora quiero hacer yo mi propio brindis, por que ahora ya no tendrás que soportar a este insoportable hombre de casi treinta años que sigue soltero

Reí por lo bajo con las ocurrencias de Itachi

- eos podría cambiar

- ah?

Me acerque suave, sin intenciones de espantar a nadie y plante un suave beso en la comisura de los labios de Itachi

- y eso por que?...

- que te parece si mejor hacemos otro brindis, uno porque ahora oficialmente ya no somos médico y paciente y... Ah, Itachi quieres salir conmigo un día de estos?

Este todavía sin creer mucho la situación solo se limitó a sonreír de manera dulce y extendió su copa

- salud

- salud

Ambos bebimos nuestro tragos y nos sonreímos cómplices, con algo de vergüenza tome su mano y nos acercamos a la fiesta nuevamente, por fin ya todo había acabado

- oh, espera, voy a fumar un rato

- esta bien, pero que sea un cigarro electrónico ni se te ocurra encender uno de verdad

- si, si como digas

Respondí de manera altanera sacando una caja de cigarros y un encendedor de mi bolsillo

Bueno, quizá no todo había acabado, pero eso no era necesariamente malo ¿o si?

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