Percy En El Paraíso ✓Saga Lover Of Olympus #1

Capitulo 9 ✓Zeus, con la ayuda de Deméter

Séptima seducción: Zeus, con la ayuda de Deméter

Percy bostezó ampliamente cuando se despertó de nuevo. Alguien dibujaba pequeños signos en su estómago y parpadeó confundido. Ojos verdes como el mar con ojos marrones oscuros.

"Buenos días, Perce", murmuró Nico y se inclinó para besar a su amigo.

"Hey ... Dios, al menos alguien que se abraza", sonrió Percy y se acurrucó más profundamente en el abrazo.

"Todavía estás enojado con los dioses, ¿eh?", Se rió entre dientes el hijo de Hades.

"Bueno, dime cómo se supone que debo pensar que significo algo para ellos si ni siquiera pueden tomarse el tiempo para acurrucarse conmigo una vez que hayan disparado sus cargas", gruñó el Sea Prince y se puso de pie.

Su estado de ánimo se había desinflado de repente y sintió la necesidad de salir de la habitación. Vistiéndose de nuevo, salió de la habitación. Bueno, vestida era una especie de frase equivocada. Se había envuelto la toga de alguna manera alrededor de su cintura, sin cubrir su pecho ni su trasero. Algún día aprendería a usar una toga, pero hoy no.

"Sabes que me gusta tu forma alternativa de usarlo, pero eso no está bien", se rió Nico mientras caminaba junto a su mejor amigo.

El hijo de Hades acaba de terminar su propia toga y comienza a tirar de Percy.

"No tengo idea de por qué estamos usando sábanas para empezar", suspiró el hijo de Poseidón.

"Allí, todo terminado", sonrió el Príncipe Fantasma y agarró la mano de Percy.

Condujo al adolescente más pequeño a través de los pasillos del castillo, de regreso al comedor, donde las diosas ya estaban sentadas, todas ocupadas charlando y mostrando su ropa recién comprada a un Señor del Inframundo de aspecto muy estresado. El rostro del Dios de la Muerte se iluminó un poco al ver a Percy y su hijo acercándose a su mesa.

¡Perseo! ¿Cómo te sientes hoy? ”, Preguntó Hades y se levantó.

Envolvió sus brazos alrededor de la hermosa mestiza y lo besó suavemente. Percy parecía bastante sorprendido por esto, aunque él le devolvió el beso.

"Todavía está gruñón porque ninguno de los otros dioses se había tomado su tiempo para acurrucarse con él".

Nico les sonrió y se sentó junto a su madrastra. La Diosa de la Primavera se inclinó y le revolvió el pelo, con una sonrisa de complicidad en sus labios.

"Parece que todos ustedes disfrutan de la compañía del joven Perseo", murmuró Perséfone.

"Él es muy agradable", sonrió su hijastro.

"¿Qué fue eso de que estuvieras enojado con los dioses, Percy?", Preguntó la Diosa del Amor preocupada y guardó su vestido de seda rosa nuevamente.