Hola
En primera no soy buena escritora.
Segunda esta historia es una historia que leí hace tiempo y que estado buscando y ya la encontré resulta que estaban en Google en un sitio le voy a dejar el link no soy la escritora ni nada solo lo estoy tradu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Percy gimió en su cojín, sus ojos fuertemente cerrados. Nunca en su vida había estado tan cansado. Había un hombre tras otro, tomándolo, cada uno más rudo que el anterior. Una cosa era segura, dormiría todo el día, la noche y el día siguiente.
"Percy? He visto que has regresado ... ¿Podemos hablar?
Gimiendo de molestia, trató de esconderse debajo de sus mantas. Eso no era lo que necesitaba ahora. Annabeth no había hablado con él en semanas, ¿por qué querría hablar con él ahora?
"¿Qué quieres, Chase?", Gruñó Percy. "Estoy cansado. No necesito una predicación ahora.
“No se me escucha predicar o pelear. Solo quiero hablar ... como antes de que nos reuniéramos.
Al abrir los ojos con curiosidad, se dio la vuelta y miró a la chica rubia.
"¿Hablar ... como amigos?", Murmuró el hijo de Poseidón y la miró.
"Sí, me gustaría", sonrió Annabeth y asintió.
"¿Qué pasa?", Susurró Percy e inclinó la cabeza.
"No sé", se encogió de hombros la rubia. ¿Sobre tu vida, tal vez? Siento que ya no sé qué está pasando contigo.
"Lo haces sonar como si fuera mi culpa", resopló el chico.
"No estoy aquí para pelear", repitió la niña y desvió la mirada. “No sabía cómo manejar la situación. Realmente no puedes culparme por eso. Has sido mi primer novio y rompiste conmigo para confesar que eres gay. Eso no es fácil para una niña. Realmente no. Y verte todos los días en el campamento no lo había hecho más fácil.
"Yo ... lo sé", murmuró Percy. “Pero tampoco fue fácil para mí. Tenía que aceptar ser gay. Y habría necesitado a mi mejor amigo ".
"Lo sé", susurró Annabeth. "Mira ... he ... sido egoísta y estúpido, ¿de acuerdo? Ni siquiera ser hijo de Atenea te salva de tomar decisiones estúpidas a veces. Lo siento ... pero quiero recuperar a mi mejor amigo. Te quiero de vuelta en mi vida."
"¿En serio ...?", Preguntó sorprendido el adolescente de ojos verdes.
"Realmente, cerebro de algas", se rió Annabeth y se sentó en la cama junto a él. "¿Qué dices ... amigos de nuevo?"
"Amigos otra vez, niña sabia", sonrió Percy y la miró. "Entonces ... ¿de qué quieres hablar?"
"No sé, ¿qué tal si me dices dónde has estado los últimos tres días", se encogió de hombros la rubia.
