Capítulo 4

20 0 0
                                    

El día iba de mal en peor, pasé toda la mañana en cama ya que no quería levantarme y sentirme peor o llevarme un golpe,llamé al trabajo temprano para notificar mi falta:
-Hola?.-Atendió Cindy, la directora.
-Hoda, di, habla Cami.*
-¿Cami? ¡Querida! ¿Estás enferma? Se te oye fatal...¡Deberías tomarte unos días hasta que te recuperes!.
Esa mujer respiraba emoción y alegría, todo el tiempo estaba de maravillas y casi podía verla jugar con sus pies mientras sostenía el teléfono y tamborileaba con los dedos en su escritorio.
-Di, quiedo pedirte udos días libes...
-Claro, tomate la semana así te recuperas; ¡Tomate sopa de tomates! ¡Espero te mejores!
-Gacias.
*Inserte voz de nariz llena de mucosidades.
Colgué el teléfono y dejé caer mi brazo con el teléfono en mano.

No podía dar clases enferma, podría contagiar a los niños.

Tenía algo de fiebre y había desayunado unas tostadas y un té, no quería nada pesado ya que tengo el higado delicado y no quería dañarmelo, tomé un analgésico pero no parecía hacer efecto de ninguna de las maneras, mi cabeza seguía doliendo y mis labios ardían.
Siempre me pregunté como hace el analgésico para saber dónde tiene que hacer algo, mi hipotesis es que lo hace en todos lados por igual pero donde no hace falta no se siente.

Sara dormía en la alfombra al lado de mi cama, casi pensaría que ella también se sentía mal; pero tenía su colita en movimiento y sus ojitos super atentos, tenía su hocico entre sus patas y parecía disfrutar el no moverse, no se había separado de mi el día de hoy.

Creo que los perros tienen un sentido de saber cómo se siente su humano, por eso te ayudan y consuelan cuando estás triste y se alegran contigo cuando estás alegre...

A eso de las 10 de la mañana recibí un mensaje de Victor, que decía "Buenos días, ¿Cómo te encuentras hoy?".
Estaba recostada aún, viendo Grey's Anatomy en la laptop.

Respondí con un "Buenos días, me eh enfermado, me siento muy mal. Lo siento". No quería ser brusca, pero no tenía ánimos.
Dejé caer el celular a mi lado  cansada, en lo poco que estuve despierta había llenado mi mesa de luz de bollos de papel higiénico con moco, dos vasos de agua (uno vacio ya que iba a buscar más agua de la cocina pero cuando llegué allá noté que había olvidado llevar el vaso, y entonces traje otro) y píldoras de las que sólo había tragado una.
Miré mi instagram, facebook e whatsapp unas 3 veces en 10 minutos; lo que uno suele hacer cuando no tiene nada que hacer.
Victor me había dejado en visto, quizás creyó que soy chica de una noche, lo cuál no es cierto; para nada cierto, pero como le respondí así habrá pensado que era una excusa para ya no hablar.
Soy de las chicas que buscan algo bonito, duradero, siempre veo a futuro. Pienso que fué algo rápido aceptar una cita con apenas conocer al chico, pero valió la pena, fué una de las mejores citas que tuve. Quisiera llevarlo a futuro sinceramente, me gustaba ese chico...

Cerca de media hora después escuché sonar el timbre de la puerta, no esperaba a nadie en particular.
Me levanté con esfuerzo y cuidado, no quería caer por el mareo. Caminé en pijama aún, hasta la puerta con Sara de acompañante, abrí el aparato para encontrarme con Victor del otro lado, vestía ropa de calle normal pero debidamente arreglado.
Lo que él habrá visto seguramente sería una escena espantosa; la chica que conoció con ropa deportiva y con la que había tenido una cita con vestido y tacones ahora llevaba una sudadera heredada de su padre, unos pantalones flojos y desgastados, el cabello sin peinar, nada de maquillaje y unas ojeras de pesadilla. Además de todos los deshechos de la enfermedad que la poseía.
-Vic! Eh... hola. No esperaba...verte...-dije muy sorprendida por asu visita.
-Buenos días, ¿Cómo te sientes?.- Victor hablaba como si yo aún llevara vestido puesto, era un caballero en todo sentido. ¿Había venido a verme sólo por que estaba enferma?.
-Pase por la farmacia y te eh traído unos caramelos para la garganta y unas vitaminas.-Saco una bolsa de quién sabe dónde y comenzó a mostrarme lo que trajo.- No estaba seguro que clases de vitamimas tomas, asi que traje estas que vienen en forma de gomitas; son mis favoritas.-
Estaba impresionada, niño, ¡Ayer te conocí!.
-Ehm... gracias.-Debía invitarlo a pasar ¿no?
-¿Quieres..pasar?.
-Por supuesto.
Me hice a un lado de la puerta para que pasara, la cerré y lo guié a mi sala de estar. Sara lo olfateaba y movía la cola al reconocerlo.
-Con permiso.-Me disculpé y caminé al baño a recoger mi cabello al menos; me lave la cara y cepillé mis dientes a la velocidad de la luz, no me malinterpreten, me había cepillado temprano, pero quise hacerlo denuevo.

Salí del baño y el seguía dónde lo dejé, mirando su teléfono y acariciando a Sara.
-Quieres...un café? Té?.-La verdad no sabía que tomaban los españoles, yo tomaba mate* en las mañanas.
-Estoy bien, gracias. Tu deberías descansar, no te ves muy bien...
Me miraba preocupado y con una mirada dulce.
-Es sólo gripe, no te preocupes.-Dicho eso estornudé en el pañuelo que tenía en el bolsillo (si, alcancé a sacarlo, no estornudé en mi bolsillo; sería ridículo).
Victor se aproximó a mi y me tomó de los hombros, me llevó hasta el sofá.
-De verdad, estoy bien. Dejame servirte algo de beber...-insistí.
-¡Debes descansar!.-Exclamó y me empujó al sofá, caí sentada y miles de pensamientos se me cruzaron, ¿Quién rayos se creía este tipo? ¿Venir a mi casa a empujarme como si nada?
-Quiero que te vayas.-lo miré a la cara, ya había pasado por un novio muy tóxico, y no iba a tolerar a nadie que me fuerce a hacer nada. No denuevo.
-Lo siento...yo...-
-Vete. Ahora.
-Cami, perdona...
-Sólo vete -Me levanté -Ahora.

Se alejó hacia la puerta y me dispuse a ir tras él para cerrar la puerta con cerrojo.
Una vez se fué, resoplé y note que  el piso se distorsionaba, no sabía si era por la bronca o la fiebre que cargaba encima.

*Mate: Infusión hecha con hojas de yerba mate.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 02, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La ChincheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora