Única parte

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Aclaración: La canción no tiene nada que ver con la historia, solamente que la escuche mientras escribía este os, además de que pido perdón por cualquier falta ortográfica ya que esto lo escribí en la madrugada.

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Siempre que se comparaba con otros se deprimía.

Era obvio que cualquier persona le diría que no lo haga, que todos eran especiales a su modo y que él también tenía ese algo que lo hacía único e irremplazable.

Y en cierto modo tenían razón, él sabía que no todos debían ser iguales en la vida pero él no se comparaba de esa forma, lo hacía en el sentido de noviazgo, y cada que lo hacía perdía.

Veía la relación de sus sempais y pensaba en las reducidas pero realmente honestas veces que el azabache dijo que su relación con Mirio era estable y que este era un buen novio. Incluso recordaba cuando este estaba borracho en una fiesta y se la pasó diciendo que el rubio era el mejor novio del mundo, que era la pareja perfecta y que debían envidiarle por tenerlo, todo eso mientras se abrazaba melosamente a este, quien intentaba calmarlo con obvia vergüenza encima.

Entonces se comparó con el rubio mayor, este era un ejemplo de buen novio, mejor dicho parecía que Tamaki se había conseguido un novio de catálogo, siempre lo trataba con dulzura y respeto, tenía detalles sorpresa para el azabache de forma aleatoria para que fuera una sorpresa, lo miraba como si no hubiera otra cosa más hermosa en el mundo y por lo que había escuchado de la misma boca del azabache -una vez que estuvo borracho y Mirio lo descuido un momento- estaba más que satisfecho en cuanto al ámbito sexual se refería.

Prefirió no volver a compararse con el mayor ya que este parecía que hacía todo perfecto.

Luego se comparó con su padre adoptivo Aizawa, este no tenía una personalidad melosa y cariñosa pero aún así buscaba la forma de ser buen esposo para su otro padre adoptivo, siempre teniendo detalles que para todos serían poca cosa pero para su padre lo eran todo teniendo en cuenta la personalidad de su esposo. Siempre lo ayudaba con el trabajo atrasado que tuviera, aún después de los de veinte años casados seguía llevándole el desayuno a la cama, y de vez en cuando era él quien le daba un beso o sujetaba su mano en algún lugar público, y aunque le daba asco admitirlo sus padres siempre buscaban la forma de darse un "tiempo de calidad en pareja" de una forma u otra, así que por ese lado tampoco podía decir que ganaba.

Luego comparó su relación con la de su mejor amigo Izuku Midoriya y ese chico rubio cenizo, al principio creyó que iba a ganar por largo pero luego de un largo y exhaustivo análisis llegó la conclusión que hasta ese explosivo amargado llegaba a ser buen novio con el pecoso, si bien no era cariñoso buscaba algún detalle para expresarle cuánto lo amaba, y eso viniendo de alguien como él ya era mucho decir, trabajaba medio tiempo para poder invitarle a citas o darle algún regalo -el cual terminaba siendo algo friki- para verlo sonreír, y sabía de muy buena fuente -Kaminari, uno de sus mejores amigos- que este llegaba agotado de su trabajo y aún así se daba tiempo de hablar por mensajes con su novio y tener un promedio en envidiable en el colegio, sonaba realmente cansado hacer ese esfuerzo pero una vez les había dicho a sus amigos "El lo vale".

Y luego estaba el.

Ya tenía un par de años saliendo con Kaminari, hasta la actualidad no tenía idea de cómo habían comenzado a salir y mucho menos entendía que era lo que el rubio veía en él. Solo tenía en su mente el confuso recuerdo de ambos jugando en la consola del de ojos dorados, para luego estar encima de él besandolo, pero lo que tenía en claro era que jamás olvidaría esa imagen de Kaminari tirado en el suelo debajo de él con el cabello desordenado, los ojos brillando como nunca y sonrojado a más no poder, rodeando su cuello con sus brazos mientras susurraba:

Un mal novio [ShinKami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora