Lluvia

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La lluvia repiqueteo con intensidad en el techo mientras que la taza con tè humeaba con una dulce fragancia. La unica persona en la mesa, no estaba muy interesada en beberlo. La presencia de aquella bebida en realidad era mas como un recordatorio nostalgico de lo vacia que era la vida de aquella mujer.

Cuanto tiempo habia pasado desde que estaba sola? Milk no sabia a ciencia cierta cuanto tiempo llevaba sola en aquella casa. Un temblor subio por todo su cuerpo y sus manos viajaron a sus ojos cubriendolos. Ella sabia que no habia nadie alli que pudiera verla llorar, mucho menos que se interesara en lo que le pasaba.

Los recuerdos volvieron alli, en ese instante. No fue mas que repentino, pero alli estaba el dolor, la angustia y el sentimiento de perdida... de abandono, de no significar nada. NADA, despues de años de amor y cuidado; de autosacrificio... despues de todo eso, habia sido dejada como un trapo de piso viejo.

La mujer observo sus manos curtidas por el trabajo de sembrar y limpiar como una esclava todos los dias desde que se habia casado con el heroe de la tierra. Milk cerro los ojos cuando las lagrimas comenzaron a caer. Porque Goku le hizo esto? Era cierto, tal vez ella no era la esposa mas bonita o amable del mundo, pero jamas lo habia engañado y le habia perdonado cada vez que la dejo tirada sin consideracion para ir a entrenar.

Los labios de la pelinegra chasquearon con una mezcla de incredulidad y dolor... ella sabia que hoy seria uno de esos dias en que lo recordaria todo como si hubiera pasado hace 5 minutos.

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Esa estupidez del torneo del poder y los universos habia logrado que Goku se volviera aun mas propenso a marcharse por meses y dejarla alli. Cada vez que Ella lograba verlo, Èl solo le decia que estaba haciendolo por el bien de la tierra.

Pronto los cambios se notaron de una forma diferente. Cuando en los relatos que Goku le hacia a Goten sobre su entrenamiento, ingresaron los nombres de Kale y Caulifla, Milk supo que tendria dolores de cabeza mucho mas seguido. Bien, Ella tendria que haber advertido que Goku alagaba demasiado la capacidad de la tal Caulifla en cuanto al combate.

Bulma habia mencionado que Vegeta tambien estaba entrenando con ellos, y que Ella no tenia nada de que preocuparse.

Eso hubiera sido un alivio sino fuese porque Goku se desaparecia en cualquier hora para entrenar y volvia cuando queria.

Dos años habian pasado desde que el torneo de los universos habia transcurrido y la pelinegra no aguantaba mas las excusas. Ella necesitaba que Goku se quedara en casa con Ella y sobretodo que dejara de entrenar con esas mujeres saiyajin.

Bulma habia preparado una fiesta para Vegeta e invito a todo el mundo. Milk se sorprendio cuando vio a muchos guerreros de diferentes universos. Pero ver a las saiyajin del otro universo no le fue nada agradable, no solo porque tenia un caracter de los mil demonios como ella, sino porque parecia decidida a estar pegada a Goku.

- Goku llevame a casa.- Milk habia interrumpido la animada conversacion entre su esposo y la joven saiyajin.- No me siento bien.

- Oh, Milk.- Goku la miro como avergonzado.- Este.. Ella es Caulifla. Caulifla ella es mi esposa.

La joven saiyajin observo a Milk como algo que la esposa del heroe reconocio como desprecio y sorna. La joven solo sonrio y se volteo marchandose del lugar. Para Milk no paso desaprecibido la forma en que Goku se quedo mirando a Caulifla, como si solo estuviera alli por Ella.

- Ejem, Goku.- Milk le hablo.- Nos vamos?

El regreso a la casa fue incomodo, Goku evitaba hablar, lo que resultaba en verdad extraño. O tal vez lo extraño es que Ella no estuviera regañandolo. La pelinegra tomo una ducha e intento pasar una noche romantica con Goku, pero al salir del baño descubrio que èl se habia marchado de nuevo.

BlindajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora