CAPÍTULO 21

126 14 10
                                    

El caractrístico paisaje que mostraban mis sueños en un caso como este se hizo visible. El color negro abundaba y llegaba hasta el horizonte, y el agua que no causaba ningún tipo de humedad en mi piel me llegaba a los pies. Miré a mi alrededor.

-Así que ya te has enterado, niñata. ¿O debería llamarte "hija"?-resonó la misma voz que la última vez-

-Sí, me lo han dicho. Y no, gracias.

-Esta sobrina mía... Quizá debería haberla matado en cuanto tuve la ocasión. - esa frase me hizo enervar-

-Pues ya es tarde. Voy a protegerla, a ella y a mis amigos, así que lo tienes claro si crees que podrás hacerles daño. - quizá tratarla con una actitud superior la ablandaba un poco... -

-Ay, niña. -se escuchó su risa en todo el espacio, resonando en cada rincón, y me hizo estremecer- Esa actitud no funciona conmigo.- rió de nuevo. Debía probar otra estrategia.-

-Te estoy pidiendo que no les hagas daño. Sea lo que sea, quieres enfrentarte a mí, ¿no? Pues deja de sembrar el caos a mi alrededor y te pido por favor que te enfrentes sólo a mí, no les hagas nada.- mi poder era bastante fuerte, después de todo había matado a todos sus montruos hasta ahora, qué tanto sería el suyo? -

-Ese don de la palabra te lo otorgué yo. Convencer y manipular serenamente a quién sea se te da bien, por lo que veo. La cosa es que no funciona conmigo, tienes mi sangre. Aunque, hay pocas personas que te dejen sin palabras... ¿Cierto? -hizo una pausa- No tienes ni idea de lo que haces, niñata. Me acusas a mí de "sembrar el caos a tu alrededor", pero ¿no se te ha ocurrido pensar que a lo mejor lo haces tú solita?- ahí sí me quedé sin nada que decir. Esas palabras se clavaron en mi duro corazón como flechas.- Te metes en cosas en las que no debes hacerlo. Como con esa amiga tuya. Creo que se llamaba... ¿Yoko? No querrás repetir esa maravillosa historia con tus amiguitos, ¿verdad?- no podía decir nada. Me había quedado en shock. - Les quieres, ¿no? Pues no vuelvas a hablarme, como haces ahora. Calladita estás mejor. -hizo una pausa y chasqueó los dedos- Bien. Ahora, si no te importa, voy a hacer un tiempo más que algunos de mis bichitos se queden a gusto. -dichos monstruos empezaron a acercarse a mí desde la lejanía- Ah, por cierto: les gusta comer de todo, hasta humanos. Que pases un buen día, niñata. -

Los montruos cada vez estaban más cerca hasta llegar a un punto en que, como la otra vez, me "comieron viva". Pero mi cuerpo ya no sentía dolor. Lo que sentía el dolor era mi alma, que luchaba y gritaba por desprenderse de mi cuerpo, el cual no se movía.

Así desperté, gritando e incorporándome.

Gritando y sudada a más no poder. Hasta me costó recordar cómo se respiraba, por unos segundos.

Entonces irrumpieron la puerta de mi habitación.

-¡Mei! -gritó una voz, mientras se encendía la luz. Yo no podía centrar la vista. Cuando pude verlo bien, después de parpadear variar veces y secarme el sudor de la frente, identifiqué a Jinho.- ¡¿Estás bien?!- Claramente este sueño había sido más intenso que el anterior, y si seguía así mi salud psicológica se vería afectada, ¿hasta cuánto podía llegar el poder de esa harpía? Muchos pensamientos pasaron por mi saturada cabeza. Miré a Jinho fijamente, mientras él me sacudía y llamaba al resto.

-S... Sí.- dejó de removerme y me miró alterado-

-¿De nuevo ella? -me preguntó, agarrándome la cara con ambas manos-

-Sí.- empezaron a llegar los chicos y él me soltó rápidamente-

-¿Qué narices ha pasado?- gritó Hui, acercándose-

-¿Todo bien?- preguntó Hongseok-

-Ha vuelto a pasar. Mei ha soñado con esa mujer otra vez. - explicó Jinho-

¡Pentagon! ¡El nuevo grupo de superhéroes del mundo! (Pentagon y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora