Introduccion

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El amor es un campo de batallas.. Esta historia también lo vas a comprobar con Katia, esta adolescente cuyo único interés es el amor, Andrea y Axel. Tres personas que de alguna manera sin saberlo atraparan tu corazón.

 

Todo comienza un cinco de abril del año dos mil catorce, eran las once de la mañana casi mediodía, pero como todos los sábados Katia estaba en un mundo mejor, el mundo de los sueños. Katia tiene diecisiete años, sin saberlo su vida va a cambiar, sin aviso previo, sin nada que le dé una señal.

 

Esta mañana al despertarse sintió un gran miedo por un sueño que tuvo. Sus sueños, era un gran tema, siempre que soñaba algo al día siguiente, o a las semanas siguientes pasaba exactamente lo que soñó o algo similar. Lo que había soñado era con su mama, la veía llorando arrodillada en frente de una cama de dos plazas junto a un gran charco de sangre. Este sueño le causo un poco de miedo, sabía que podía pasar en cualquier momento.

 

Siguiendo. Se levantó y se fue a bañar, es que ese sueño la hizo llorar cuando estaba durmiendo, y además sudo demasiado durante toda la noche. Katia era alguien sensible, al igual que espiritual, ella era diferente a todas las adolescentes normales de su edad, Katia veía visiones, y no solo en sueños, podría ser en cualquier momento del día.

 

Luego de bañarse, se lavó los dientes y fue a desayunar. Desayuno algo más sencillo de lo normal, ella siempre desayunaba un café, con tostadas y mermelada, pero esta vez desayuno una leche, literalmente sola, sin chocolate ni azúcar aunque no le gustaba tanto con azúcar, y pan con dulce de leche. Quizás eso fue porque eran inmensas las ganas de llorar por el miedo que le causaba ese sueño que ya no tenía ganas de hacer nada.

 

Como de costumbre salió a correr para de alguna forma descargarse. Al parecer tenia nuevos vecinos, ella siguió al volver habían pasado cuarenta minutos. Se quedó en el portón de su casa "husmeando" y vio a un chico apuesto al parecer de su misma edad o por lo menos eso aparentaba este chico estaba buscando una caja de un camión. Se dirigía a la puerta de la casa, y de pronto de la caja se le cae una cajita más pequeña pero de madera. Y... si, Katia corrió hasta allí y tomo esa cajita, se la iba a devolver cuando el vuelva a buscar algún bolso o caja, y de paso se conocían.

 

Mientras esperaba, miraba la cajita y se preguntaba si estaría mal abrirla. Pero de pronto este guapísimo chico salió de la casa y Katia le dijo:

-Hola-Hizo una pausa y retomo-Me llamo Katia y soy la vecina de al lado, estaba entrando a mi casa y...

-Corrección te quedaste como unos cinco minutos mirando hacia aquí-La interrumpió el.

-Jajá, me descubriste-dijo algo nerviosa, pensó y le dijo-Pero entonces tu también me estuviste mirando, no?

-Sí, si lo acepto-le respondió mientras se tocaba la frente a modo de actuar que se sentía culpable.

-Bueno, ya me estaba olvidando de porque estoy acá, recién estabas entrando una caja, y se te callo esta cajita, por cierto es muy linda.

-Ah! Sí, es una cajita donde están guardados aros y collares de mi mama.

En ese momento se escuchó alguien que gritaba, mejor dicho que llamaba a Katia, era su mama.

-Em...Bueno, me tengo que ir. Bienvenido.

 

Katia, se fue a almorzar, estuvo toda la tarde afuera pero no veía al chico nuevo. No se había dado cuenta de que el estar pensando en él y en que no le pregunto su nombre, la había alejado del recuerdo de la pesadilla de anoche. Al día siguiente se despertó más temprano y estuvo casi todo el día afuera, pero ni una pista de su vecino.

Enamorada Accidentalmente*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora