·Dia uno·

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Tomados de la Mano.

Allí estaban ambos, Parados en la entrada de la escuela porque llovía a cántaros afuera y no podian irse, Lotus se frustró y fue  a sentarse,  puesto en posición fetal, abrumado porque, al fin, en un dia que le pasaba algo bueno, se ponía a llover. Y es que le encantaba la lluvia, pero no cuando lo paraba, le gustaba su sonido y su calma, la frustración de los demás por sus arruinados planes, y sus quejas le divertían. Pensando en cada maldición que se sabía, el contrario, le llamó, miró hacia arriba, viendo como le extendía su mano.

– Ven, vayamos a mi casa, que queda cerca. – Su sonrisa hizo sonrojar al chico sentado, la tomó y se paró.

 Palette reforzó el agarre y ambos cogieron sus mochilas para salir corriendo bajo la lluvia.Pasaron corriendo y riendo tres cuadras, pararon en el portal de un edificio bastante grande, respiraban agitados por la carrera, y de inmediato estallaron en risas. Luego de calmarme al fin pudieron entrar, corriendo por las escaleras hacia el piso donde vivía Palette, entraron y su padre, Dream, fue a verlos.

– ¡Niños! ¿Que les paso? –Pregunto preocupado al verlos a ambos tan empapados.

– Pues, corrimos por la lluvia hasta aquí antes de que se ponga peor y como no quería que Lotus se resfriara lo traje – Sonrió el rubio mientras aferraba su mano a la del albino, el mencionado bajo su cabeza avergonzado.

–  Oh, está bien, les traeré toallas,  Palette, vayan a tu cuarto, – El mayor se retiró a buscar las nombradas toallas, ambos, por el contrario, se fueron a la habitación de Palette. 

Este, abrió su armario y sacó dos mudas de ropa, las dejo con cuidado en la cama y miró al contrario, se quedó así mientras el otro se hundía en sus pensamientos. Entro su madre y dejó unas toallas, Palette le agradeció y con cuidado fue atrás de Lotus y lo envolvió con la toalla, abrazandolo.

– ¡Palette! No hagas eso, idiota – Lo miró, dándose vuelta para mirarlo también, quedando a pocos centímetros. – ¿Tengo algo en la cara?

– Sip – Sonrió, el contrario ladeo su cabeza y el beso su cara. – Mi amor. 

– N-No hagas eso – Lo miro enfadado.

Se separaron y empezaron a secarse, al terminar el de ojos verdes empezó a sacar su remera.  El albino lo miro enrojecido.

–  ¿Que haces, Palette? 

–  Voy a cambiarme, toma, usalo a mi me queda pequeño. – Le dio una de las mudas de ropa y se volteo para cambiarse.

Lotus asintió y volteo, intentando no mirarlo, estaba mal. El termino y empezo a cambiarse con vergüenza, pero sintió una mirada en el mientras lo hacía. Se volteo para ver y encontró su verdosa mirada.

– No mires. – Enojado volvió a darse vuelta, sin dejar de sentir su mirada. Se terminó de cambiar y le tiro un suéter que le había dado, pero que no iba a usar, a la cara. – ¡Que no mires! – Se acerco a él, que estaba sentado en la cama, y su único movimiento fue tirarlo a la cama, sobre el, para abrazarlo.

– Siempre quise tenerte así, esto en lo mejor que me ah pasado. – Lo apretó contra su pecho, sintiendo como él también lo abrazaba y soltaba un casi audible "Tu tambien lo eres" 

Todo empezó con un..... «Me gustas»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora