¡Dejadme En Paz! -BNHA X Tu

Especial San Valentín

¡Hola!

Se que llego muy tarde para subir esto, lo siento enormemente, pero igual espero que lo disfrutes.

Esto es un especial completamente ajeno a la historia, y para darle ese toque diferente, será narrado por el personaje que va ganando la votación que hice anteriormente.

¡Espero que te guste!

~🌻🌻🌻🌻~

Katsuki Bakugo pov.

Desperté con los irritantes gritos de mi vieja, molestando como cada día. Miré mi teléfono, adormilado, era 14 de febrero.

San Valentín, una fiesta que obviamente no me atraía en absoluto, puras ñoñerias y corazones por todas partes, puej...

Pero sentí que ese año iba a ser diferente, al pensar eso, instantáneamente me vino a la mente _____, ni siquiera sabía porque.

Me puse mi uniforme, pues era viernes y tocaba ir a la U.A.Ignorando los gritos de mi madre para que me diera prisa, salí de casa.

Ni siquiera yo sabía que me pasaba, mi madre se sorprendió al ver que la ignoraba en vez de gritarla también.

Tenía la cabeza en las nubes.

Tenía la cabeza en ti.

~🌻~

Una vez en la U.A. entré a clase ignorando a todos, y simplemente me senté en mi pupitre. Me senté a observarte.

Estabas hablando alegremente con Denki y ese asqueroso de Deku, solo con ver como hablabas con el y no conmigo me hervía la sangre.

Supongo que también era mi culpa, por ignorarte y ser agresivo contigo, no debe atraerte en absoluto para hablar.

Entonces giraste a mirarme, normalmente habría apartado la mirada, pero esa vez no lo hice. Quería verte, quería ver como me veías.

Sonreiste levemente y alzaste la mano a la altura de la cara, saludandome. ¿Porque me saludabas, si yo solo te ignoraba?

Giré la cara y seguiste hablando, ya deberías estar acostumbrada a mi orgullo.

Las clases llegaron, una por una, en la cual palabra que escuchaba, palabra que me salía por la otra oreja.

Solo podía pensar en tí, en tu mirada, en tu sonrisa, en demasiadas cosas relacionadas contigo.

¿Que demonios me pasa? Ese pensamiento se repetía todo el rato, fusionándose con mis recuerdos sobre tí. Las clases terminaron, si no fuera por Eijiro no me habría dado ni cuenta.

—Tío, ¿te encuentras bien? Llevar todo el día ausente -preguntó Eijiro, ya algo extrañado de mi comportamiento.

—Estoy bien.

—Si tú lo dices. ¡Ah, ______!

Al escuchar tu nombre se me erizó la piel, levanté la mirada para encontrarte, a menos de un metro de mi, hablando con Eijiro.